La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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En busca de la sombra perdida

Hasta el aire, ya lo contó Luis Pimentel, traza su sombra sobre la hierba. Lo sabía Peter Pan, que pidió a Wendy que le cosiera la suya al talón para que no huyera por las techumbres y chimeneas de Londres. Manhattan, sin ir más lejos, no es más que una gran sombra de rascacielos de vidrio y acero. Y las catedrales y las pirámides se alzaron solo para proyectar su oscura silueta sobre el suelo de la antigüedad. Por eso, ahora que hasta para pedir un gin-tonic en el bareto del pueblo hay que escudriñar dos cartas de tónicas y ginebras más abultadas que la última parida de la literatura de aeropuerto, convendría que algún sesudo doctorando pusiera por escrito el catálogo de sombras del verano atlántico. Poco queda ya de aquella Hispania de Astérix y Obélix que una ardilla podía recorrer brincando de encina en encina, pero … Seguir leyendo

Agitado, no mezclado

Este verano viene agitado –pero no mezclado, matizaría 007 aferrado a su martini- por la fiesta jolgorio que han montado bancos, banqueros y bancarios con las finanzas mundiales en general y las españolas en particular. Pensaba ingenuamente el rostro pálido que los bancos eran los lugares donde se guardaba la pasta de unos para prestársela luego a otros con ciertas virguerías contables por medio, pero resulta que lo que se custodiaba en estas lúgubres y blindadas casonas no eran fajos de billetes, sino agujeros. Redondos, contantes y sonantes como los inexistentes euros. La colección de cráteres, hoyos, buratos y simas suma a ojo un diámetro de cien mil millones de euros. Los mismos tipos que cavaron esa fosa de la Marianas con sus manos y sus bolsillos, o sea, los banqueros y los políticos (cargo que paradójicamente en algún caso incluso ha coincidido en el mismo avispado individuo) se afanan … Seguir leyendo

Vuelve el jersey por los hombros

Lucir un jersey por los hombros es un simple corolario de la teoría del pádel. El fino estilista del pádel no juega al tenis ni al pimpón, sino a un estudiado término medio, y el tipo que se cuelga el jersey por los hombros al caer la tarde también es un mediopensionista del vestuario. Ni se pone la prenda ni se la quita del todo, se queda a medio gas, arropándose el cogote como para amortiguar una lluvia de collejas. Las mujeres, siempre más inteligentes y elegantes, jamás se ponen un jersey por los hombros, y al menos ya desde Hitchcock inventaron la famosa rebequita para esa hora incierta en la que no hace ni frío ni calor, lo que en Galicia viene a cifrarse en 15 grados (Celsius arriba, Celsius abajo). El problema de la moda es que se reduce básicamente a recuperar gestos trasnochados, como calzarse el jersey … Seguir leyendo

El increíble horario menguante

El horario de verano es una innovación sin precedentes en el sistema laboral que no hay que confundir, pese a su asombroso parecido, con las vacaciones. Son casi lo mismo, pero con matices. En vacaciones uno, directamente, no va a trabajar. En el horario de verano uno tampoco va a trabajar, solo que indirectamente: el afortunado usuario de la llamada jornada continua sale de casa, entra en la oficina, ficha, se lleva al compañero a tomar café, vuelve a recoger la chaqueta de la silla, apaga el ordenador y a casita. Es lo mismo, pero con un rodeo. El horario de verano consiste, en esencia, en que como hace calor y a la peña no le apetece trabajar, pues se llega a un acuerdo salomónico entre la parte contratante y la parte contratada: se entra más tarde y se sale antes, para no abusar, que el termómetro está desatado y … Seguir leyendo

Los bárbaros del norte ya están aquí

Los alemanes son esos señores de bigote y bermudas infumables (la prenda, no los alemanes) que se pasean en chancletas por el Obradoiro como si estuviesen a punto de expropiar la catedral de Santiago (Códice Calixtino incluido) para saldar a las bravas el pufo multimillonario que parece ser que tenemos con el Bundesbank o el Deustchenosequé. Se creen estos tipos estirados y pagados de sí mismos que por habernos puesto una autopista, un aeropuerto y un paseo marítimo en cada esquina del país tienen los mismos derechos que ejercía aquel oficinista con manguitos de la posguerra que ponía piso con jaula de periquitos a su amante estrábica.
Al alemán, ya lo dijo Woody Allen, le enchufas un disco de Wagner y le entran unas ganas locas de invadir Polonia. Ahora han adquirido algo más de modales y ya no aterrizan al ritmo de la Cabalgata de las Seguir leyendo

Dinosauria we

Nunca llegamos a sospechar que cuando el gran Bukowski escribió este formidable Dinosauria We, en realidad anticipaba el paisaje después de la batalla en que se convertirá Europa cuando Merkel, Rajoy, Van Rompuy y otros cráneos privilegiados completen su proyecto suicida. Por eso hay que volver siempre a Bukowski, a sus grandes verdades, hermosas y violentas como escupitajos. Y, sobre todo, a su poema sobre esos dinosaurios en vías de extinción que somos ya todos nosotros.… Seguir leyendo