La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
Seleccionar página

El primo sabelotodo

El veranito, ya se sabe, arrastra consigo una estela de festejos, comilonas y otros roces familiares. Sobre todo ahora que los tiempos vienen crudos. Porque, como recalcaba Vito Corleone mientras atusaba el lomo a su felino remolón, al final, cuando todo lo demás falla y la cosa se pone chunga de verdad, la familia es lo único que importa.
La familia autóctona se parece sospechosamente al clan de los Corleone. No por su afición a dejar cabezas de caballo sobre la almohada del capullo de turno, sino por ese caos telúrico de primos, exesposas y sobrinos chinchones.
El clímax —que diría Siffredi— de todo este rebumbio familiar se alcanza en ese tiempo fuera del tiempo que es la sobremesa del domingo, cuando el licor café causa estragos y se viene arriba el primo en tercer grado de la cuñada del rostro pálido. Al primo sabelotodo le va muy bien en … Seguir leyendo

Batman regresa a las tinieblas

Batman nació en mayo de 1939. Faltaban solo unos meses para que Alemania invadiese Polonia y el mundo se asomaba (en aquel caso literalmente) a los infiernos. El murciélago emergió en un planeta en tinieblas y por eso sus creadores, Bob Kane y Bill Finger, lo plantaron en Gotham City, un trasunto maldito de Nueva York que, en el fondo, es un trasunto del mal en sí mismo. Y, como ya sabemos al menos desde los griegos y Shakespeare, el mal desplegado en sus múltiples formas y matices es el gran tema que recorre las vértebras de la cultura universal.
Por eso nos fascina Gotham, porque retrata la urbe como sumidero y averno, y por eso nos cautiva este superhéroe que, en realidad, no tiene superpoderes pero que logra tumbar a los villanos gracias a una inteligencia veloz, a su traje blindado y a una serie de … Seguir leyendo

Los mocos no son para el verano

Una de las saludables ventajas que brinda el verano al incauto rostro pálido es que, para que el sistema inmune no baje la guardia ni un milímetro, los virus y sus primos terceros de Helsinki siguen pululando por nuestras fosas nasales y demás orificios para que no nos despistemos creyendo que la vida es coser y cantar, o sea, tumbarse en la arena, nadar y leer un libro a ratos. Chorradas. Ni siquiera el sobrevalorado estío nos da una tregua. Y entre las torturas que aguardan agazapadas en las trincheras del verano urbanita hallamos esa ducha escocesa gratuita, pública y universal que nos zumba alternativamente con el sol a plomo que derrite las sombras sobre las aceras y el aire acondicionado a caño libre con el que nos atizan en centros comerciales, autobuses y otras emboscadas municipales. Con tanto viajar de cero a treinta grados en media décima de segundo … Seguir leyendo

El gran cronista de América

Cada octubre, como una letanía, suena su nombre en las quinielas y corrillos previos al Nobel de Literatura. Y cada octubre, la metódica Academia sueca factura el galardón y su equivalente en coronas a otras latitudes. El escritor norteamericano vivo más influyente, el prosista que mejor ha retratado el último medio siglo de ese convulso magma de gentes y culturas conocido como Estados Unidos se llama Philip Roth y esta semana ha añadido otra muesca a su colección de garlardones: el Príncipe de Asturias de las Letras. Repasamos, a través de sus palabras, algunas de las claves de su formidable obra.

LA INFANCIA EN NEWARK
La patria callejera
Roth bebe, entre otras fuentes, del irreverente Henry Miller. Como el autor de los Trópicos, podría suscribir el lema de «Mi patria es mi calle». Su nacionalismo es, más que de barrio, de calle, de acera, de esquina. La … Seguir leyendo

El príncipe de Weequahic

En el cruce de las avenidas Summit y Keer, en el barrio de Weequahic del mismo Newark de la Galicia emigrante, hay desde el 2005 una placa que recuerda que en aquellas calles se empapó de vida Philip Roth (1933), la voz más poderosa de la actual narrativa estadounidense. Hasta que en 1950 se largó a la Universidad, primero a Pensilvania y luego a Chicago, el futuro autor de El mal de Portnoy deambuló por aquel dédalo de callejuelas y ultramarinos donde la inmensa mayoría de los vecinos eran, como su familia, de origen judío. Aquel barrio entrañable y duro, como los tiempos de guerra y posguerra que la historia tatuó con cicatrices sobre el pellejo de Roth, atrapó para siempre su mirada ácida y algo kafkiana. Por eso vuelve una y otra vez en sus textos a aquella galaxia única de la infancia, que en este caso emerge como … Seguir leyendo

Caspa a orillas del mar Caspio

La Europa real se parece tanto a esa parada de los monstruos llamada Eurovisión como a la frikilandia burocrática de Bruselas. Tanto la sopa de letras que nos aprieta la entrepierna (UE, CE y BCE) como el delirante festival son puros seres de ficción. Lo de Eurovisión viene a ser como un cruce de laboratorio entre los trasnochados coros y danzas regionales y un Travolta caducado para siempre sobre la pista discotequera de Fiebre del sábado noche. El cutre circo televisivo volvió a pasear anoche las sombras desafinadas de sus fieras sin jaula. Y, visto lo visto sobre el escenario de Bakú, lo mejor no fueron los duendes robóticos de Irlanda, ni las abuelas rusas disfrazadas de peliqueiros, ni el prejubilado británico que volvió a las tablas para edulcorar con unas libras su pensión. Ni siquiera la cantante griega con su alegoría escénica de cómo se las gasta Bruselas … Seguir leyendo