La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Fogwill y la luz argentina

El 21 de agosto del 2010 fallecía Fogwill, uno de los escritores más extraordinarios y más argentinos de su tiempo. Su hija Vera tuvo que hacer frente al apabullante legado de papeles y cuadernos que había dejado en el caos de su apartamento del barrio de Palermo. El desorden era su estado natural, y así lo confesaba:
—No hay gente viva que haya perdido tantas cosas, casas, muebles, armas, cámaras, ropa, diskettes, discos y libros como yo.
En aquel magma aparecieron dos inéditos (La gran ventana de los sueños y La introducción) y se abrió la puerta a la recuperación de la primera novela de Fogwill, Nuestro modo de vida, de la que se rescataron un primer borrador de 1980 (recuperado en Chile en el 2011) y, ya en el 2013, esta versión que ahora publica Alfaguara y que es anterior a Los pichiciegos y su leyenda (la escribió en … Seguir leyendo

César Aira: «Estoy seguro de que ni en mil años podría recibir el premio Nobel»


César Aira (Coronel Pringles, Argentina, 1949) se mueve por la multitudinaria Feria del Libro de Buenos Aires como uno de esos juguetones espectros que pueblan alguno de sus relatos. Nació bajo el signo de Piscis, exhibe amplia sonrisa y una timidez honda, que emana de las entrañas, y que es marca de la casa de algunos de los más grandes escritores contemporáneos. Habla con emoción de Sobradelo, el pueblo de su abuelo Robustiano, en Xunqueira de Ambía, y baraja feliz un hipotético viaje a ese escenario fundacional.
De él dijo el chileno Roberto Bolaño (autor de tesoros como Los detectives salvajes o 2666): «Es uno de los tres o cuatro mejores escritores que escriben en español actualmente». Probablemente Bolaño era otro de esos cuatro. Pero Aira no tiene problemas en admitir que no ha leído ni una sola línea de la obra de Roberto Bolaño, aunque tal vez le habría … Seguir leyendo

De los rayos cósmicos al laberinto literario

Amaba los números y su cartografía exacta de las cosas, pero también le fascinaba el tenebroso caos que reina en la mente humana. Ernesto Sábato, que cumpliría cien años el próximo 24 de junio, hizo literatura hasta con la toponimia de su vida: nació en Rojas y murió en Santos Lugares (siempre en la órbita de Buenos Aires). Primero trató de comprender el universo a través de la física y se dejó las pestañas indagando los secretos de los rayos cósmicos en los laboratorios del Instituto Curie de París y del MIT. En 1939, al borde de la Segunda Guerra Mundial, París ya no era una fiesta, pero sí era un hervidero de creadores, revolucionarios y bohemios, que reinventaban el mundo en las madrugadas de las buhardillas. Allí Sábato se contagió del virus surrealista y se conmovieron los cimientos de su cerebro científico, que empezaba a derrapar hacia esas otras … Seguir leyendo

Un libro con dos comienzos

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Como explica Julio Cortázar en el Tablero de dirección que abre Rayuela, «a su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El primero se deja leer en la forma corriente y termina en el capítulo 56, al pie del cual hay tres vistosas estrellitas que equivalen a la palabra Fin. Por consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de lo que sigue. El segundo se deja leer empezando por el capítulo 73 y siguiendo luego en el orden que se indica al pie de cada capítulo».

Por tanto, la gran contranovela del brujo Cortázar no tiene uno, sino al menos dos comienzos: el que se sitúa, siguiendo las convenciones del género, en el arranque del volumen y el que se asoma a la página 438 bajo la cifra 73 que numera este capítulo que, en realidad, no es un capítulo, sino un fragmento, como probablemente … Seguir leyendo

La auténtica Europa unida

Ya lo dijo aquí Miguel Piñeiro, mi vecino del piso de arriba de esta escalera que forman los blogs de La Voz: lo único que de verdad une a Europa es el fútbol. O sea, durante el curso escolar, la Champions; y en verano, cada cuatro años, la Eurocopa. Por ejemplo, los políticos tardarán años, muchos muchos años, si es que al final lo hacen, en admitir en el selecto club de la Unión Europea a Turquía, un país que hoy jugará, sin mayores problemas, las semifinales de la Eurocopa. De incorporar al gigante ruso a la UE ya ni hablamos, aunque esa misma Rusia de Arshavin se la juega mañana en la otra semifinal con los chavales de Luis Aragonés (la España que también recurre al pegamento de la Liga, que une más que la Constitución y los 17 estatutos de autonomía juntos). Por cierto, a Arshavin … Seguir leyendo