The End
Al principio estaba el fin.
Al principio estaba el fin.
A lo mejor el final de todo es un poco absurdo, como este fabuloso remate del Blow Up de Antonioni. Agazapado en algún lugar del parque están el chamán Julio Cortázar y sus Babas del diablo. A lo mejor todo este lío consiste en que estamos jugando al tenis sin pelota. Incluso sin cancha. Incluso sin tenis.
Sylvia Kristel fue uno de esos juguetes rotos que el cine se deja olvidados entre las botellas y los ceniceros al final de la fiesta. La actriz, fallecida de cáncer en su Holanda natal la madrugada del miércoles al jueves, sobrevivió cuatro décadas bajo la piel de Emmanuelle, el personaje que la catapultó al estrellato y que la convirtió en icono erótico de una generación.
Mucho antes de sentarse desnuda en su legendario sillón de mimbre Kristel fue la niña que vivía con su hermana Marianne en la habitación 21 del Commerce Hotel de Utrecht, propiedad de sus padres. Si había mucha clientela, las pequeñas tenían que mudarse en plena noche al cuarto 22 que, según contaba años después la actriz, no era más espacioso que un aparador.
Cuando tenía 16 años su padre apareció con una mujer, se la presentó a la familia como su futura esposa y … Seguir leyendo
Ha muerto Nora Ephron. No la recordaremos desde luego por Algo para recordar. Ni siquiera por Tienes un e-mail. Pero sí por un libro, Se acabó el pastel, en el que contaba sus desventuras matrimoniales con el legendario Carl Bernstein. Sí, uno de los dos figuras del Watergate. El libro, más autobiográfico que de ficción, acabaría, cómo no, convertido también en película, con los incombustibles Jack Nicholson y Meryl Streep encarnando a la fallida pareja. Pero a Ephron la recordaremos sobre todo como guionista de Cuando Harry encontró a Sally (tosca traducción del original inglés When Harry Met Sally, 1989), una comedia romántica a la antigua usanza, antes de que Hugh Grant devorase el argumento con su sonrisa plastificada. Y la recordaremos sin duda por la impagable escena de la cafetería en la que Sally (Meg Ryan) le demuestra empíricamente a Harry (Billy … Seguir leyendo
Lo malo de criarse con una dieta infantil a base de pelis del Oeste y cine épico de la Segunda Guerra Mundial es que, al aterrizar de morros en la esfera adulta, uno todavía cree que en la vida, como en el celuloide, siempre ganan los buenos, aunque sea en el último minuto de la prórroga y de penalti. Qué bemoles. La vida, esa cosa con patas, se parece más a una turbia y lenta cinta de Lars Von Trier que a los honestos y crudos wéstern (incluso a los brutales largometrajes de Sam Peckinpah). Porque a los buenos, al menos en el planeta Tierra, los apean a palos del estribo y los dejan tirados en medio de la polvorienta calle del pueblo, a solas con los pistoleros. Y, comparado con los malhechores financieros y gubernamentales de hoy, el hosco Liberty Valance parece un entrañable y bondadoso párroco de … Seguir leyendo