La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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El Palacio de la Luna

Paul Auster posee una de esas extrañas virtudes reservadas a los que alcanzan la frontera de lo extraordinario: hacer que lo complejo parezca sencillo. Hay algunos futbolistas, por ejemplo, que son capaces de trazar en medio palmo de hierba un regate aparentemente imposible, pero que ellos dibujan como si nada, sin que les tiemble el flequillo. Aunque haya un millón de horas de trabajo atrincheradas bajo el papel, los grandes hallazgos, al final, parecen algo natural. Porque los elegidos, los que de verdad esgrimen alguna destreza, prefieren ocultar las tramoyas detrás del escenario, para que no se vea demasiado el esqueleto de sudor que hay detrás de cada párrafo.

A la prosa de Auster le sucede algo de eso. La lees y tienes la sensación de que, simplemente, cada palabra y cada coma encajan exactamente en el lugar que les corresponde en el rompecabezas narrativo. Gran conocedor de las artimañas … Seguir leyendo

Dos interrogantes

Algunos lectores me han interrogado últimamente sobre dos detalles de la cabecera del blog. En primer lugar, los internautas de más allá del Padornelo se preguntan qué demonios es eso de farrapos de gaita. En efecto, es una expresión estrictamente gallega y de difícil traducción, pero vamos a intentarlo. Literalmente un farrapo es un harapo, un trozo de tela muy gastado, vaya. De ahí, que a esos flecos que cuelgan del roncón de la gaita (el tubo largo, para entendernos), y que suelen andar algo sobados, les caiga el título de farrapos de gaita. Pero siempre hay vida más allá de lo literal, así que la expresión ha cobrado vida propia. El Diccionario de la Real Academia Galega lo explica así (la traducción es del menda): «Farrapo de gaita. Se emplea en construcciones negativas para mostrar el poco aprecio que se le da a algo o a alguien, … Seguir leyendo

Peter Pan

 

En una librería de Barcelona que no sé si todavía existe, Documenta, en la calle Cardenal Casañas, encontré hace ya doce años un ejemplar del Peter Pan de James M. Barrie traducido nada menos que por el gran poeta Leopoldo María Panero, escritor obsesionado con la leyenda del escurridizo muchacho. La cosa tiene gracia, porque se supone que es una edición para el público infantil y ya el mismo prólogo de Panero, claro, no es precisamente apto para menores. Hasta tiene unos dibujillos infantiloides para disimular.

Pues bien, el comienzo de la narración de Barrie contiene una de las frases más devastadoras de la historia de la literatura. Nos adentramos aquí en la certera versión de Panero, el último poeta cuerdo en este país que, siguiendo una larga tradición, encierra a sus grandes escritores en los manicomios y a los otros los nombra académicos:

«Todos los niños del mundo, … Seguir leyendo

Los garbanzos

Recordábamos el otro día aquí que lo que no quería bajo ningún concepto la deslumbrante Kikí de Montparnasse era volver a comer garbanzos, menú que representaba para la musa algo así como la antítesis del champán, del caviar, en fin, del glamour o como se deletree ahora la palabreja esa que tanto marean los pijos.

Un garbanzo es el caviar de los pobres, aunque se disfrace de humus, ese plato que cuando se pide uno siempre se teme que el cocinero, perdón, el restaurador, va a sacar una palada de tierra del jardín y soltarla en el plato sin más historias. Kikí, aferrada a su fabuloso París, no quería volver al pueblo, ni a comer garbanzos. No quería dejar aquel circo surrealista en el que se había convertido su vida de modelo, amante y confesora de los grandes creadores del París de entreguerras. Nada de garbanzos, vaya.

Y es que … Seguir leyendo

Bloomsday

Hoy, 16 de junio del 2008, se celebra en Dublín el Bloomsday, jornada bautizada así en honor de Leopold Bloom, protagonista, junto al inquieto Stephen Dedalus, de la novela de novelas, de la gran narración de todos los tiempos: Ulises, de James Joyce. El Bloomsday, que se conmemora desde 1954 en las hermosas aunque grises calles de Dublín, alude al 16 de junio de 1904, día en el que Joyce sitúa la acción de Ulises. Turistas y lugareños recorren los escenarios de la novela, incluidos pubs y todo tipo de garitos, mientras leen fragmentos de la obra y despachan unas cuantas cervezas negras a la salud de Bloom y Dedalus. Quién pudiera acercarse hoy al pub Davy Byrne’s, en el 21 de Duke Street, a degustar la espuma amarga de una stout a la luz de las palabras de Joyce.

Ahora, que arrecian los navajazos contra … Seguir leyendo