La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Si te dicen que caí

marse.jpgHa ganado el Premio Cervantes Juan Marsé (Barcelona, 1933), uno de los buenos. En una ciudad tantas veces retratada por la literatura, Marsé supo encontrar su voz propia y clavar sobre el papel, como pocos, la verdad grisona y sucia de aquella larga posguerra. Si me tengo que quedar con una de sus novelas y con uno de sus inicios, elijo el comienzo de Si te dicen que caí (título extraído, como se sabe, del espantoso himno de la Falange), el gran relato de la infancia en un barrio de la Barcelona de 1942, cuando el único recurso para escapar de la realidad era inventarse otro mundo. Por eso Sarnita y sus colegas jugaban a las aventis: a fabular aventuras que los rescatasen de aquel paisaje de descampados físicos y mentales. Aunque, como advertía Sava, las aventis, como la propia literatura, probablemente sólo conducen a la locura: «Tú siempre rumiando … Seguir leyendo

Dietario voluble

 

«Aquí estoy en mi cuarto habitual, donde me parece haber estado siempre. Como en tantas mañanas de mi vida, me encuentro en casa escribiendo. Suena, contundente, la música de Be My Baby, cantada por The Ronettes. Cuando tenía diecisiete años era mi canción favorita» (Dietario voluble, Enrique Vila-Matas, Anagrama, 2008).

También estoy escribiendo en mi casa, como tantas otras veces. Y, como en el arranque de este libro fabuloso, suena el Be My Baby. Un libro que, en efecto, no es una novela, tal vez ni siquiera un libro. A lo mejor es únicamente (únicamente, qué palabra tan paradójica) un cuaderno personal. Un volumen donde su autor va anotando sus cosas, sus lecturas, sus pensamientos, sus visiones, sus paseos por una Barcelona convertida en parque temático, sus viajes por una literatura convertida, también, en parque temático (o jurásico) de unos cuantos mercaderes que la llenan de … Seguir leyendo

El corazón de las tinieblas

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Otro comienzo memorable lo constituyen los párafos iniciales de El corazón de las tinieblas, esa prodigiosa novela de Joseph Conrad. Zarpamos con Marlow de los muelles de Londres con rumbo a la selva, donde nos aguarda Kurtz:

«La Nellie, una yola de crucero, giró sobre el ancla sin el menor movimiento de las velas y quedó inmóvil. Había subido la marea, apenas soplaba el viento y, puesto que se dirigía río abajo, sólo le quedaba fondear y esperar al cambio de la marea.

El estuario del Támesis se extendía ante nosotros, inicio de una vía fluvial que no parecía tener fin. En la distancia, la mar y el cielo parecían soldados y sin fisuras, y en el espacio luminoso, las velas curtidas de las gabarras que, con la subida de la marea, se dirigían río arriba semejaban inmóviles racimos de lonas rojizas y puntiagudas, entre los que … Seguir leyendo

Bartleby

«Soy un hombre de cierta edad. En los últimos treinta años, mis actividades me han puesto en contacto íntimo con un gremio interesante y hasta singular, del cual, entiendo, nada se ha escrito hasta ahora: el de los amanuenses o copistas judiciales. He conocido a muchos, profesional y particularmente, y si quisiera podría referir diversas historias que harían sonreír a los señores benévolos y llorar a las almas sentimentales. Pero a las biografías de todos los amanuenses, prefiero algunos episodios de la vida de Bartleby, que era uno de ellos, el más extraño que yo he visto o de quien tenga noticia. De otros copistas yo podría escribir biografías completas; nada semejante puede hacerse con Bartleby. Creo que no hay material suficiente para una plena y satisfactoria biografía de este hombre. Es una pérdida irreparable para la literatura. Bartleby era uno de esos seres de quienes nada es indagable, salvo … Seguir leyendo

A vueltas con Herzog

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Como en esto del periodismo hay que ser polivalentes (antes se decía todoterreno, pero ahora hay tantos todoterrenos por las calles de la ciudad que la palabra aquí ya sólo se usa para nombrar a esos vehículos bravucones), en un mismo día puedes pasar de bucear entre las cartas que envían los lectores a escribir una reseña para el suplemento de cultura o a llamar a aquel amigo de toda la vida para pedirle, por favor, que escriba en media hora un artículo de opinión sobre un oscuro episodio de la política internacional. Así que, entre una cosa y otra, para cumplir con una de mis funciones más agradables, que es escribir críticas literarias en el Culturas, estos días me tocó releer Herzog, la gran novela de Saul Bellow, que acaba de reeditar en español el sello Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Así que tuve la ocasión de … Seguir leyendo