La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Comida sueca en Fjäderholmarna

 

 

Copenhague. Mi amigo y excelente gurmet Telmo Rodríguez, bloguero él y tertuliano gastronómico en una emisora de radio, se ha leído un post anterior y me ha mandado un sms acusándome poco menos que de tongo porque no he escrito ni una línea justo de lo que a él le interesa: la papancia, qué he comido en la maravillosa isla de Fjäderholmarna, en el archipiélago de Estocolmo. Así que habrá que hacerle un poco de caso por aquello de que no procede romper las amistades por tan poca cosa.

A la hora de comer me refugié en el Rökeriet, un conjunto de tinglados de pescadores astutamente recuperados para la hostelería, sin aditivos que llamen demasiado la atención. Saben que son, sobre todo, un sitio turístico, y la amabilidad rebosa tanto como la jarra de agua que colocan automáticamente en la mesa. Y ni frío fuera ni nada:

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Viendo amigos en Copenhague

Copenhague. Veinticuatro horas de relaciones humanas. Al llegar al aeropuerto de Copenhague me estaban esperando la hispanista Grethe Christensen y su marido, Ole Kjellerup, y lo hacían a la manera danesa: cada uno agitando con alegre energía una bandera española y una dannebrog, la enseña danesa tan querida en todo el país, así que la multitud se enteró de que plantaba allí sus reales un español. Claro que nadie me prestó la menor atención: quien más y quien menos hacía ondear la bandera propia y, si procedía, alguna otra esperando a amigos y familiares.

Así que con Ole y Grethe conocí Dragor, un pueblo costero cercano a la capital y otrora de pescadores, y en el cual, como se suele decir, hace un par de siglos que se detuvo el tiempo. Una cerveza de tres cuartos de litro y de potentes efectos diuréticos sirvió para ratificar la alegría … Seguir leyendo

El Vasa Museet o cómo poner al visitante la piel de gallina

Estocolmo. Oscura. Así es la entrada al Vasa Museet. Cierto que el día tira con fuerza al gris, pero aún contando con ello el contraste es fuerte y los ojos tiene que acostumbrarse. Y cuando lo hacen mandan tal señal al cerebro que el susto semeja inevitable: el Vasa reconstruido es lo más parecido a un tremendo dinosaurio que uno imaginarse pueda. Enorme. Y con luces suaves e indirectas que le confieren un aspecto fiero y amedrentador. Los seres humanos parece que pululan a su alrededor, miniaturas insignificantes.
El museo ha sido concebido como un cofre que encierra un tesoro con, claro está, su restaurante y su tienda de recuerdos muy bien surtida. ¿Sólo eso? No, porque en los seis niveles a que puede acceder el público esperan mil y una sorpresas distribuidas con una cierta anarquía bien estudiada, así que uno, en realidad, no sabe con qué se va … Seguir leyendo

Pilotos, azafatas y asimilados se cuelan en las colas del aeropuerto de Estocolmo

Aeropuerto de Arlanda (Estocolmo). Todo funciona con perfección nórdica en el aeropuerto de Estocolmo, llamado Arlanda. Hay gente, mucha gente, pero apenas alboroto. Aquello de «como un ejército de hormigas» viene aquí al dedo. Nada enturbió el funcionamiento de esas grandes instalaciones con cinco terminales hasta que, esperando en la única pero ágil fila para pasar el control de seguridad, hace aparición la tripulación impecablemente uniformada de un vuelo: comandante, su segundo, comodoro y tres azafatas. No, ello no esperan cola sino que forman, colándose, otra paralela. Y ante el silencio educado y el asombro de todos los que estábamos allí, pasan delante. Y con gran parsimonia, porque usted y yo tenemos limitado el tamaño de los bultos que metemos a bordo pero estos patanes parece que no. Y venga cada uno a poner maletas y bolsas, y a quitarse cinturones y chaquetas, y así pasan casi 10 minutos. … Seguir leyendo

Aprovechando el tirón de «Millenium»

Estocolmo. No da la impresión de que los suecos tengan un gran concepto de Stieg Larsson, y, si bien popular por su trilogía Millenium, lo encuadran justo en lo que es: creador de best-sellers, pero nadie parece apostar por la calidad de su escritura y, desde luego, pierde en ese campo la batalla ante Henning Mankell y su impagable Kurt Wallander.

Pero eso no quita para que no aprovechen el tirón. Y lo hacen. Acaban de editar un desplegable en varios idiomas, entre ellos español, bajo el subtítulo de Un paseo por las huellas de Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander, dos de los protagonistas de las obras de Larsson. Y como lo cortés no está reñido con lo valiente, de gratis, nada: cuesta un poco más de dos euros, que los partidarios del escritor no dudarán en pagar.

Por cierto, ¿para cuándo algo similar en Galicia? … Seguir leyendo

Me refugio en la isla de Fjäderholmarna

Fjäderholmarna. Otro día gris y lluvioso. Así que sigo el consejo de mi amigo el periodista Gabriel Mellqvist y aprovecho para hacer lo que hacen los estocolmeses que ya están de vacaciones: huyen de los múltiples barcos que con infinitas rutas exploran rutinariamente el archipiélago de las más de 20.000 islas y me cojo un transporte a la de Fjäderholmarna, hoy integrada en un parque natural, en el XIX escenario de una incruenta batalla por la producción local de vodka y en los años 40 del siglo pasado militarizada a toda prisa por su situación estratégica en la entrada por mar a la capital de Suecia.

A bordo no hay mucha gente: un joven que ha debido de pasar una larga noche y apenas se mantiene con la cabeza erguida en su asiento, un grupo de mujeres que hacen siempre el mismo recorrido y van a trabajar, un despistado, … Seguir leyendo