La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Durham. Durham está exactamente igual que antes de la pandemia. “No, igual no”, me contradice el camarero o dueño, no sé, del Riverside Kitchen, que en su dia trabajó en Mallorca. Le pregunto por qué. “El problema ahora es encontrar personal, cocineros, camareros… y eso es igual en todas partes de Durham”.

Poco después se acerca a mi mesa: “El problema de este país es que la gente no quiere trabajar”. Bienvenido al club, le respondo. Así que profesionales tiene muy pocos, y el resto lo conforman estudiantes, porque a Dios gracias los estudiantes, todos o casi todos, trabajan en este país ya desde decenios antes de que se precipitara por el abismo del Brexit.

Desde luego, Durham -y es de suponer que todo el país- ha recuperado el pulso y el paso. Hay gente en las calles, los cafés están llenos, el personal se afana en los supermercados… Pero, siendo eso un termómetro, nadie es capaz de afirmar que bajo todo eso no hay más que barro sobre el que afirmar los pies. Lo cierto es que ahora mismo Gran Bretaña está asilada, y a partir del 1 de octubre, más.