La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Demasiada calma en la ciudad

Pululando por ahí me he tropezado con este micrometraje titulado Demasiada calma en la ciudad. Pablo Gallo  pone las ilustraciones y Tom Waits la música durante un paseo por esa Coruña poco convencional que no sale en las postales. Uno de esos regalos diminutos, pero preciosos, que a veces arrastra hasta nuestra orilla la corriente de la Red.… Seguir leyendo

El lugar de los hechos

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Dicen que cuando somos jóvenes amamos los suburbios y lo sórdido y que, a medida que envejecemos, buscamos el centro de las ciudades y los escenarios luminosos. Es como si una brújula secreta nos llevase a rastrear las huellas de esa luz que vamos perdiendo. Volvemos entonces a los lugares de los hechos, esas calles, esquinas y paisajes que son lo que hemos sido, como esa ventana que en el jardín de San Carlos se abre sobre A Coruña; o la escalinata que en Lugo baja de la plaza Mayor a la catedral y en la que se lee una placa con algo de Luis Pimentel, el poeta que supo ver la sombra del aire en la hierba, otro enorme poeta de las cosas minúsculas; o la Luna como una inmensa epifanía sobre las nieves de los montes Bitterroot en Montana; o la piedra de oro de la Quintana dos … Seguir leyendo

Cierro los ojos y veo

seoane1.jpgAhora que está de moda la Torre de Hércules, y que parece que los de la Unesco se disponen a declararla patrimonio de la humanidad, conviene recordar que el faro romano cuenta en su currículum con una larga nómina de escritores y/o viajeros que se encargaron de contarnos las aventuras y desventuras del monumento coruñés. Entre esos textos, tal vez uno de los más hermosos sea el que, muy tangencialmente, le dedicó el escritor (y artista total) Luis Seoane bajo el  significativo título de Cierro los ojos y veo. Y como va a hablar el maestro, uno, que asume sus limitaciones, se calla la boca y escucha. Obviamente respeto la ortografía original del autor:

«Habitan en La Coruña y no saben que los viejos de su infancia decían a los niños que desde la península de La Torre, en la misma ciudad se podía ver en los días … Seguir leyendo