La Voz de Galicia
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César Aira: «Estoy seguro de que ni en mil años podría recibir el premio Nobel»


César Aira (Coronel Pringles, Argentina, 1949) se mueve por la multitudinaria Feria del Libro de Buenos Aires como uno de esos juguetones espectros que pueblan alguno de sus relatos. Nació bajo el signo de Piscis, exhibe amplia sonrisa y una timidez honda, que emana de las entrañas, y que es marca de la casa de algunos de los más grandes escritores contemporáneos. Habla con emoción de Sobradelo, el pueblo de su abuelo Robustiano, en Xunqueira de Ambía, y baraja feliz un hipotético viaje a ese escenario fundacional.
De él dijo el chileno Roberto Bolaño (autor de tesoros como Los detectives salvajes o 2666): «Es uno de los tres o cuatro mejores escritores que escriben en español actualmente». Probablemente Bolaño era otro de esos cuatro. Pero Aira no tiene problemas en admitir que no ha leído ni una sola línea de la obra de Roberto Bolaño, aunque tal vez le habría … Seguir leyendo

Galicia reivindica a Díaz Castro en Buenos Aires

 

Buenos Aires, capital del caos, del fútbol, de la oratoria. Sí, pero también de la literatura. En los puestos de la avenida de Santa Fe los letraheridos rebuscan entre las primeras ediciones y otras joyas ya descatalogadas. A solo unos metros, en el recinto de La Rural, miles de personas deambulan entre los stands de la 40.ª edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, la segunda más potente de América Latina tras la de Guadalajara. Y entre la multitud de expositores de editoriales e instituciones de todo el planeta, el stand de Galicia, donde convive la poesía de Xosé María Díaz Castro, protagonista del Día das Letras Galegas, con las publicaciones históricas de Edicións Galicia,el sello del Centro Gallego bonaerense.

Es viernes por la tarde (madrugada del sábado ya en España) y en el stand de la Xunta se suceden las presentaciones. La catedrática de Literatura de … Seguir leyendo

La medida de todas las cosas

La principal conclusión del paisaje después de la batalla generado por la última gracieta de Jordi Évole es que, según los gurús más vanguardistas, no hay que ponerse demasiado quisquillosos con las difusas fronteras entre periodismo y entretenimiento. Qué más dará realidad que ficción, el caso es pasar el rato, echarse unas risas y largar algún chascarrillo fugaz en el Twitter. Si el Gran Hermano de Milá y su ducha meada era un experimento sociológico, el teatrillo de Salvados y sus dicharacheros parlamentarios también puede lucir galones de experimento televisivo. ¿Y la credibilidad? La credibilidad es una antigualla de quita y pon, lo mismo la dejas en el perchero para urdir un documental que no es un documental, sino un burdo vacile al espectador, que te la vuelves a calzar para jugar a ser periodista el próximo domingo por la noche. El caso es tener muchos clics. Porque el clic, … Seguir leyendo

La plaza se queda sin libro

En Los Ángeles un tipo ha abierto The Last Bookstore, una librería que se llama exactamente La Última Librería. Claro que Los Ángeles es la ciudad apocalíptica por excelencia. En Los Ángeles escribió Bukowski, el gran Chinaski, su demoledor Dinosauria We, un poema en el que anticipaba el hermoso silencio que seguiría a la hecatombe nuclear. Y en Los Ángeles transcurre otro icono del apocalipsis zombi o vampírico: El último hombre vivo, esa peli en la que Charlton Heston es el único superviviente —al menos el único humano en sentido estricto— tras una devastadora guerra biológica entre China y la URSS.

A Coruña, ya lo decían las abuelas al ver a las chicas haciendo toples en Riazor, no es Los Ángeles. Pero a este paso cualquier día abre a la vuelta de la esquina La Última Librería. Porque, a falta de apocalipsis zombis, nucleares o bactereológicos como los Seguir leyendo

El vuelo gallináceo del bus cobra altura, por Héctor J. Porto

El vuelo gallináceo del bus cobra altura*

Héctor J. Porto

Contra lo que muchos suponen del bus —como lugar incómodo y escasamente propicio para que florezca el sosiego y la inteligencia—, Luís Pousa (Lugo, 1971) sabe que se trata de un espacio donde la civilización es viable, sea solo porque es apto para la lectura y para la observación del mundo. Él, una mezcla poco habitual de matemático y periodista, es capaz de trazar esos mapas eléctricos dibujados por la conjugación imposible de la trama urbana de calles y callejas —o la red de carreteras convencional, nada de autopistas— y las frecuencias ilógicas de la compañía de flete. Sabe Pousa, y lo sabía Castromil, que del bus se puede decir aquello que decía Josep Pla del tren de cuando vivía en Sant Gervasi: «Los vagones de primera de dicho ferrocarril —de este tren de Sarrià que, digámoslo de … Seguir leyendo

Siete notas breviarias, por Vila-Matas

 

SIETE NOTAS BREVIARIAS*

1

ESTE PRÓLOGO LO ESCRIBO en un tranvía de Barcelona
que apenas se mueve y por ese motivo es ideal
para escribir breviarios y novelas y prólogos para breviarios,
y lo que sea. Voy en el sigiloso tranvía que sale
de la plaza Macià y quiero decir que me encantan los
autobuses, pero los detesto si lo que busco es un lugar
donde escribir al tiempo que recorrer la ciudad. Si
necesito, como hoy, escribir y pasear, me subo a este
tranvía que se desliza sin trastorno alguno y permite
que vea desde él una vida diferente.

2
HE AQUÍ UN FRAGMENTO bestia de Ejercicios de estilo,
de Raymond Queneau, aquel libro con 99 formas de
contar una historia que en gran parte pasa en un bus
de París: «Eso ocurría en uno de esos inmundos autobuses
que se llenan de populacho precisamente a … Seguir leyendo