La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Holy Smoke

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Creo que no soy sospechoso de estar a favor del tabaco. Primero, soy asmático, o sea, que cuando a mis pulmones les da por ponerse cachondos mis bronquios parecen la sección de viento de la Filarmónica de Berlín, lo que pasa es que los pitidos me salen algo más desafinados que a los cachorros de sir Simon Rattle. Por si no fuera razón de peso, hace unos tres años me abrieron el corazón para ponerle una válvula aórtica nueva y, de paso, no sé qué tubo en la aorta, o sea, que a mi entrañable músculo tampoco le sienta bien el humo, vaya. Y, por último, pero más importante que todo lo anterior, no me gusta que me ahumen a la niña, que va para tres años, y tampoco es plan que le soplen nicotina encima.

De acuerdo, por tanto, en la hipótesis inicial de que se rebajen … Seguir leyendo

El Palacio de la Luna

Paul Auster posee una de esas extrañas virtudes reservadas a los que alcanzan la frontera de lo extraordinario: hacer que lo complejo parezca sencillo. Hay algunos futbolistas, por ejemplo, que son capaces de trazar en medio palmo de hierba un regate aparentemente imposible, pero que ellos dibujan como si nada, sin que les tiemble el flequillo. Aunque haya un millón de horas de trabajo atrincheradas bajo el papel, los grandes hallazgos, al final, parecen algo natural. Porque los elegidos, los que de verdad esgrimen alguna destreza, prefieren ocultar las tramoyas detrás del escenario, para que no se vea demasiado el esqueleto de sudor que hay detrás de cada párrafo.

A la prosa de Auster le sucede algo de eso. La lees y tienes la sensación de que, simplemente, cada palabra y cada coma encajan exactamente en el lugar que les corresponde en el rompecabezas narrativo. Gran conocedor de las artimañas … Seguir leyendo

Pegado a una canción

 

Hay canciones que, de pronto, se te adhieren al tímpano, a la trompa de Eustaquio, yo qué sé, a la geología interior del cráneo, y sencillamente ya no te dejan. Son como uno de esos moluscos que una vez pegados a un acantilado con barbas de alga y cielo de Galicia ya sólo los puedes arrancar con cirugía (o a martillazos, claro). Estos días, que hasta los traperos han puesto de saldo sus chismes y cacharrerías, a mí se me ha pegado a las neuronas esta pieza de Nick Cave, Breathless.

Uno no puede apellidarse caverna impunemente. Cave lo sabe y es un asiduo de las cuevas, de las estalactitas (o estalagmitas, o como se llamen), de los subterráneos de esta vida aparentemente luminosa por la que nos deslizamos como si fuera el filo de una navaja. Aquí tenemos a Cave, con su banda habitual, The Bad SeedsSeguir leyendo

Dos interrogantes

Algunos lectores me han interrogado últimamente sobre dos detalles de la cabecera del blog. En primer lugar, los internautas de más allá del Padornelo se preguntan qué demonios es eso de farrapos de gaita. En efecto, es una expresión estrictamente gallega y de difícil traducción, pero vamos a intentarlo. Literalmente un farrapo es un harapo, un trozo de tela muy gastado, vaya. De ahí, que a esos flecos que cuelgan del roncón de la gaita (el tubo largo, para entendernos), y que suelen andar algo sobados, les caiga el título de farrapos de gaita. Pero siempre hay vida más allá de lo literal, así que la expresión ha cobrado vida propia. El Diccionario de la Real Academia Galega lo explica así (la traducción es del menda): «Farrapo de gaita. Se emplea en construcciones negativas para mostrar el poco aprecio que se le da a algo o a alguien, … Seguir leyendo