Rescate
RESCATE, s. Acción de comprar lo que no pertenece al vendedor ni puede pertenecer al comprador. La menos provechosa de las inversiones.
El diccionario del diablo, Ambrose Bierce.… Seguir leyendo
RESCATE, s. Acción de comprar lo que no pertenece al vendedor ni puede pertenecer al comprador. La menos provechosa de las inversiones.
El diccionario del diablo, Ambrose Bierce.… Seguir leyendo
El señor Cangrejo, propietario de la hamburguesería submarina el Crustáceo Crujiente, no es un simple dibujo animado. Es un visionario de las fi nanzas al que solo la miopía nórdica niega obstinadamente el Nobel de Economía. Cangrejo tiene enmarcado el primer dólar que ganó en su vida y, muchos años antes de que Merkel y Rajoy tocasen a cuatro manos en la pianola del BOE la sonata de la reforma laboral, él ya había aplicado a Bob Esponja el contrato 0,0 soñado por los fans de Laponia: salario cero y vacaciones cero. Pero ni siquiera así el dócil bicho se salva de pisar la cola del paro de Fondo de Bikini. Ahora ha llegado otro señor Cangrejo, de corbata y coche oficial, que quiere fulminar a Bob, Calamardo, Patricio y, ya puestos, a todo Clan. Porque para ahorrar 204 millones de euros del presupuesto de CRTVE no hay que perder … Seguir leyendo
Francescho Schettino, el capitán del Costa Concordia, no es la vergonzosa excepción de estos tiempos absurdos. Es el paradigma. Estamos en manos de los responsables más irresponsables de la historia. Al menos desde Atapuerca el azar no hacía coincidir al frente de los grandes paquebotes mundiales a semejante alineación de cortoplacistas, timoratos e iletrados. Hubo dirigentes más despiadados e idiotas, sin duda, pero tan limitados y tantos al mismo tiempo, probablemente jamás.
Estamos en manos de capitanes de barco que sólo obedecen a una máxima vital: «Primero, mi trasero». Si los países y los trasatlánticos se van al garete, qué más da, lo importante es que estos líderes sin rumbo tengan blindados sus salarios, sus bonus, sus pensiones y sus limusinas para beberse luego, preferiblemente en copa de balón, el gin-tonic del retiro dorado en las Bahamas.
No sé qué diría John Silver el Largo de todo … Seguir leyendo
Hace muchos años ya cuando una señorita de bien viajaba en carruaje por los senderos de Europa central la dama de compañía, siempre vigilante, echaba las cortinas para que la niña no contemplase las moles demoledoras de los Alpes, que la buena educación consideraba entonces obscenas por excesivas en su derroche incontrolado y telúrico de naturaleza. Llevamos camino de que, a nuestro paso por la plaza del Obradoiro, el guardián de las esencias recortadoras nos cuelgue unas orejeras para que no nos fijemos en la exuberancia barroca de la catedral, que en estos tiempos de austeridad por mandato constitucional luce incluso demasiado hermosa y floreciente para las tragaderas remilgadas de Merkel y Trichet. A la vuelta de unas semanas no sería extraño que el BCE mandase podar la arboleda de piedra de Compostela porque los pináculos desasosiegan a los lúgubres mercados financieros que, matices al margen, son a … Seguir leyendo
La maldita crisis nos la explican en cada telediario los profetas del pasado con mucho alarde de gráficos, esas líneas tortuosas que siempre van cuesta abajo y sin frenos, salvo la silueta del paro, que trepa por las paredes como aquel Induráin de las siestas de julio. Uno ve ese electrocardiograma de la economía nacional y europea y, sin mayores análisis, ya sospecha que el enfermo está para que lo ingresen en planta y lo enchufen a un gotero con algo más que suero fisiológico. Pero cuando se descubre que el paciente ya está camino de cuidados intensivos es al comprobar que, más allá de lo que se pueda leer en las tablas al pie de su cama, presenta graves síntomas de pérdida de consciencia y se encomienda a ciegas, no al sabio internista que durante tantos años cuidó su mala salud de hierro, sino que pone su vida en … Seguir leyendo