La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Un collage de 51 pinturas

No corren buenos tiempos para la pintura. Bueno, en realidad no son buenos tiempos para casi nada. Pero la pintura no es precisamente el género artístico de moda. Por eso cobra especial relevancia el esfuerzo realizado por la Fundación Barrié para reunir, en poco menos de tres años, una colección de pintura contemporánea internacional que por primera vez se exhibe completa al público en A Coruña. Son 51 obras creadas a finales del siglo XX y principios del XXI y que encajan en ese concepto de arte expandido, que se escapa más allá del marco y de los límites convencionales del lienzo. Como apunta el comisario de la muestra y asesor de la fundación, David Barro, la muestra compone un collage de 51 piezas que se expanden por varias plantas y sótanos del edificio de la fundación: «Esta exposición funciona como un collage que permite entender ese significado poliédrico … Seguir leyendo

Libertad, de Franzen

Libertad es una gran novela. Incluso podría decirse que es una novela extraordinaria por su inteligente introspección en el paisaje humano y moral de la sociedad norteamericana contemporánea. El aclamado autor de Las correcciones, Jonathan Franzen (1959), planta su microscopio sobre la familia Berglund y, a lo largo de casi setecientas páginas, exhibe músculo y neuronas para componer un minucioso retrato de ese mundo fragmentario y de «pensamiento sin centro» en el que habitan Walter, Patty, Jessica y Joey Berglund y la entrañable fauna que orbita a su alrededor, entre la que sobresale el golfo roquero Richard Katz, amigo del paterfamilias Walter desde la Universidad (pequeño detalle que no impide que tenga un fulminante lío con su desnortada esposa Patty).

El único problema con Libertad y sus precisos engranajes narrativos es que a los chicos de
márketing se les ha ido la mano (por decirlo muy suavemente) con la … Seguir leyendo

Tintín, el Congo y lo correcto

Hasta que en 1903 el diplomático británico Roger Casement remitió al Foreign Office su demoledor Informe sobre el Congo, Europa mantuvo cerrados sus ojos cómplices ante las despiadadas prácticas coloniales de Leopoldo II, rey de los belgas, en el territorio africano con el que le habían obsequiado (a título personal) las potencias occidentales. Sobre el Congo, como sobre el Putumayo, había caído la infalible maldición de la riqueza natural. En este caso en forma de caucho, la materia prima de la que se nutría a principios del siglo XX la desbocada maquinaria de la revolución industrial. Por supuesto, su explotación recayó en las manos de empresarios occidentales, que exprimieron hasta la última gota de las caucherías y de la población indígena, que, como pago por su trabajo, sufría torturas, violaciones o, sin mayores rodeos, la muerte.

Antes de convertirse a la causa del independentismo irlandés, Roger Casement se dejó … Seguir leyendo

Tranströmer

Se desinfló el globo que circulaba por las timbas y Bob Dylan se quedó plantado a miles de kilómetros de la alfombra roja de Estocolmo. Su presencia en las quinielas previas del Nobel de Literatura, por delante de compatriotas de la talla de Philip Roth o Thomas Pynchon, suena cada vez más a señuelo, a puro despiste de los corrillos académicos. Ganó Tranströmer, otro fijo en las apuestas que el año pasado a punto estuvo de birlar el medallón a Vargas Llosa. Pero, previsible o no, es de agradecer que, en medio de la actual debacle, la Academia Sueca proponga a los vapuleados habitantes de la Tierra abrir un libro de poesía y descubrir «una nueva vía de acceso a lo real». Todavía hay luz más allá de Goldman Sachs y sus tinieblas.… Seguir leyendo

Ferrocarril al vapor


El penacho de humo en el horizonte. La electricidad, claro, mancha menos. Es pura modernidad. Pero tampoco es que tenga la poesía de aquellas calderas de vapor que dejaban sobre los cielos un reguero de humo que ya les molaría a los aviones a reacción, que apenas dibujan una estela de plata entre los cirros, cúmulos y demás fauna de nubes. Aquellas máquinas del tiempo pasaban por las estaciones bufando, echando por sus fosas nasales un vapor disuasorio que espantaba a los viajeros despistados en medio del andén. Ahora estas piezas de orfebrería son carne de museo, como la Mikado de los años cincuenta de la foto, que de vez en cuando sale de su vitrina en Monforte para darse un garbeo por Galicia, ahora, cuando ya ni los trenes fuman.

Ahora lo único que consumimos al vapor son las verduritas de la dieta japonesa con las que aliviamos la … Seguir leyendo