Cuando bebíamos Mirinda, allá en los setenta, los tebeos nos mostraban un mundo en extinción, en el que al llegar la Navidad los serenos se paseaban por los descansillos de la vecindad pidiendo el aguinaldo, Zipi y Zape siempre estaban castigados en el cuarto de los ratones y Pepe Gotera, Otilio, Mortadelo y Filemón elevaban a la categoría de arte y ensayo la tradicional vocación histórica del hispano por la chapuza. Entre aquellos entrañables granujas de las viñetas no faltaba el eterno moroso, que en el caso del 13, Rue del Percebe vivía atrincherado en el ático del caótico inmueble, agazapado en su escondrijo, a salvo de los cobradores y sus robustos matones.
Entre los acreedores nunca faltaba en aquellos tiempos un sastre, al que el gorrón jamás pagaba sus facturas. Era un clásico del cómic y, sospecho, de la larga posguerra, cuando la peña no tenía cuartos para pagarse los trajes y dejaba las telas sin abonar para no renunciar al terno de última moda. En casi todos los tebeos aparecía antes o después el sastre en la puerta, blandiendo un garrote muy parecido al as de bastos y dispuesto a machacar el cerebelo del sablista.
Es curioso que, tantos años después, un político se vea acorrolado por las facturas de unos trajes. A lo mejor es que nuestra política no es demasiado diferente de las viñetas del 13, Rue del Percebe.
En Aragón tuvimos hace unos años un caso parecido con un político del PSOE que se llevó un sillón de su despacho a casa… Cutre, muy cutre. Esta Rue del Percebe está emparentada, y viceversa, con los guiones de la mejor época de Berlanga-Azcona. Pura realidad sin aditivos y con humor agrio. Ahora la realidad social, de humor, nada. De agria, cada vez más.
Un abrazo.
Sí, un desastre
Has tardado en enviar entradas pero en la de hoy nos has hecho recordar a los que andamos en la cuarentena, sólo en lo que a edad se refiere, por supuesto, que aquellos que eran otros tiempos. Como anecdota te cuento que soy de la quinta de Carlitos, el hijo pequeño de los Alcántara. Citas a la irrepetible Mirinda. ¿Quieres una Mirinda?. No gracias, ya «mirindé». Chiste típico del franquismo. Abrazos.
Lo que he disfrutado y reído con esta casa de la Rue del Percebe.
Desgraciadamente la política de hoy en día no da risa, si no todo lo contrario. Le va mas una película de terror que una viñeta del genial Ibáñez.
Saludicos
Parece que la 13 Rue del Percebe es recurrente en estos días, tanto es así que acabo de publicar una novela (Hotel Dorado Saymon ediciones) que trata de atravesar la fachada del inolvidable edificio y entrar en los corazones de sus inmortales inquilinos.
Si os interesa saber un poco más de ella os remito a estos enlaces:
http://www.barcelonareview.com/67/s_resen.html
http://www.ucm.es/info/especulo/numero42/hoteldo.html
Hummmm qué gratos recordos, Luís!!!!!!
Un saúdo desde Sanxenxo, amigo
Carpe Diem
Acabo de enterarme de la publicación de «Hotel Dorado», trataré de conseguir el libro y leerlo cuanto antes. Me parece un punto de partida interesantísimo para una novela. Incluiré una mención a ella en el artículo que escribí hace tiempo contando la historia de «13 Rue del Percebe», y que periódicamente voy actualizando:
http://seronoser.free.fr/bruguera/13ruedelpercebe.htm
Gracias por tu interés, Carlos. Confío en que la novela esté a la altura de tus expectativas.
Para cualquier cosa que quieras comentarme o sugerirme, este es mi
e-mail: A_Leviatan@hotmailcom.
Vaya, he tardado unos días en pasarme por este blog, y acabo de llevarme la agradable sorpresa de que me ha respondido el propio autor de la novela, y encima me ha dado su correo. Resulta que compré el libro hace unos días y ya llevo leída la mitad. Estoy disfrutando muchísimo con su lectura, en cuanto lo termine te escribiré para comentarte algo más, y probablemente para hacerte algunas preguntillas. Gracias por tu amabilidad.
Tengo la sensación de que España entera, la de ahora mismo, está reflejada en esa página. Dios nos coja confesados.