Más de los hikikomoris. Apunta en su web V-M, en relación a los viajes hikikomoris de su Dietario voluble: «Aunque estoy continuamente en aeropuertos, el viaje hikikimori alrededor de mi cuarto es una de mis especialidades. Viajo mucho en torno a mi habitación -modalidad deportiva que inauguró Xavier de Maistre– y también por un espacio aún más mínimo, en torno a mi cráneo, un tipo de viaje que patentara Frigyes Karinthy. Pero es cierto que en Dietario voluble aparecen aeropuertos y muchas ciudades. Con esto del viaje interior y exterior ocurre algo parecido a lo que pasa conmigo, que soy el autor del Dietario, pero en la portada aparezco de espaldas, como queriendo indicar que estoy y no estoy en el libro».
En efecto, Xavier de Maistre fue un pionero en el arte de la exploración interior con su Viaje alrededor de mi cuarto, al que ya alude Jorge Luis Borges (de una forma un tanto emboscada) nada menos que en ese cuento titulado El Aleph, que también propone un viaje alrededor del universo sin salir de casa. En cuanto a Frigyes Karinthy, recordemos que, además de escribir Viaje alrededor de mi cráneo, es el autor de la célebre teoría de los seis grados de separación.
Ahora me asalta una duda: ¿Seremos todos nosotros, blogueros e internautas, un poco hikikomoris? Tal vez la Red sea el ultramoderno refugio de los anacoretas y ermitaños del siglo XXI. Solo que en lugar de subirnos a una columna y guardar silencio, nos encaramamos a una web y no paramos de teclear. Todo esto de bloguear, comentar y demás, en el fondo, no es más que que una exploración alrededor del propio cráneo, de la propia habitación, es decir, del universo.
*Retrato de Vila-Matas (de espaldas) capturado por Olivier Roller para la portada de Dietario Voluble.
Una habitación propia, pero sin paredes. Sin embargo, al menos en ZGZ, los blogueros nos reunimos periódicamente para vernos las caras y escucharnos las voces. Así que, de vez en cuando, compartimos habitación, charla en directo y copas, sobre todo copas…
Un abrazo.
Yo también me acuerdo del personaje de Jardier Poncela “Eloisa esta debajo de un almendro”. Fue el primer Hikikomori sobre el que leí. No se si os acordáis de que veía en una pantalla adosada a su cama el mundo exterior. En aquel cinematógrafo particular, había grabado las escenas que se veían a través de una ventana de un tren. Cada día se planteaba un viaje distinto. Hoy a Zamora, mañana a Barcelona, y mientras transcurrían las imágenes de cada uno de los trayectos pasaba su vida calcetando inmerso en su mundo colmado de recuerdos y muebles antiguos que componían un abigarrado y laberíntico paisaje intimo…
En Zaragoza, Alfredo, tenéis un epicentro bloguero alucinante. Así, a bote pronto, Marta (Entrenómadas), Antón Castro, Innisfree, 39 escalones… No me extraña que paséis luego al mundo real a tomaros unas copas. A ver si un día me paso por allí. Un abrazo.
Prometeo, qué bueno el relato de Eloísa, no me acordaba. Jardiel Poncela es uno de esos grandes olvidados. Tiene unos «relatos para leer mientras sube el ascensor» que son una delicia. El personaje sí que es un poco hikikomori, la verdad. Un fuerte abrazo.
Jardiel, efectivamente es un genio olvidado.
Quizá el personaje de Eloísa es un autorretrato de un empecinado solitario resabiado del amor y la sociedad. Una frase suya parece el blasón de un anacoreta:
“Toda sociedad es un organismo podrido que se conserva gracias al hielo de la hipocresía”.
Trancribo un retazo de un poema autobiográfico
Escribo, porque nunca he encontrado un remedio
mejor que el escribir para ahuyentar el tedio,
y en las agudas crisis que jalonan mi vida
siempre empleé la pluma como un insecticida.
Fuera de las cuartillas, no sé de otro nirvana.
No me importa la gloria, esa vil cortesana…
Murió arruinado y con sus propiedades embargadas por la “Codorniz” pues les debía unas obras humorísticas
¿no os parece un chiste?
La verdad sí que parece un chiste que te embargue la Codorniz… La vida siempre supera las más disparatadas conjeturas