La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Uno de los pasajes más graciosos del ya famoso artículo de Javier Marías contra la blogosfera es ese en el que, supongo que tratando de insultar a blogueros e internautas, se refiere a la Red como una «inmensa taberna». Resulta hilarante que el sesudo escritor madrileño olvide así la larga y fecunda relación entre literatura y tabernas, relación que ha alumbrado algunas de las mejores páginas de la historia de las letras universales. Pues en las tabernas, y no en las bibliotecas, han nacido algunas de las grandes maravillas de la literatura, aunque supongo que no tendremos que recordale a Marías hijo ni los títulos ni los autores que encontraron cobijo vital e intelectual en toda clase de tugurios. Claro que Marías hijo practica otro tipo de escritura, menos pegada a la vida, por decirlo suavemente. Así lo definía Francisco Umbral en su célebre Diccionario de literatura: «Marías (Javier). Máximo representante de una novela aseptizada, de una prosa despersonalizada, de un victorianismo que se agrega al panorama español con reservas y escrúpulos». Y todo por no pisar las tabernas.

Actualización (17 de diciembre, 19.30 horas): Álex Nortub asegura que a Javier Marías le gusta su Hotel junto a la Vía.