La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
Seleccionar página
https://www.youtube.com/watch?v=glxNRvr2Zy8

Algunos lectores (sí, hombre, algunos tengo, el mapita de marras dice que hasta hay uno en Sudán) me han interrogado sobre el texto de Jack Keroauc que se cita en el anuncio de la serie 1 de BMW al que ya dediqué un farrapo. En el spot se puede escuchar :

«Sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un ooooh».

El párrafo corresponde (casi literalmente, salvo algunos matices) al inicio del primer capítulo de On the road (En el camino), según la versión publicada por J. K. en 1957. Lo curioso del caso es que este párrafo fue uno de los que el autor modificó respecto a la versión original de la legendaria novela, versión que precisamente acaba de ver la luz tras medio siglo de sueño en el cajón. En ese manuscrito de 1951, que Kerouac mecanografió en formato de rollo a lo largo de tres disparatadas semanas, el mismo texto reza así:

«… Sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, loca por vivir, loca por hablar, con ganas de todo al mismo tiempo, los que nunca bostezan o dicen lugares comunes, sino que arden, arden, arden como cohetes en la noche» (y a partir de ahí Keroauc empieza a hablar de Allen Ginsberg).

Lo que tiene su gracia es que en el spot se alude al texto original: «Escrito en el 51 en un libro que, qué casualidad, se titula On the road«, cuando la cita, qué casualidad, corresponde a la versión de 1957, en la que Keroauc tuvo que introducir las enmiendas impuestas por los editores y abogados y, de paso, dividió el manuscrito de un solo párrafo en capítulos, disfrazó a los protagonistas reales (Neal Cassady, Jack Kerouac, Allen Ginsberg…) bajo otros nombres y, como en el caso que nos ocupa, aprovechó para adornar un poco su prosa añadiendo pirotecnias, arañas y estrellas.

Aunque, ahora que lo pienso, y con la que está cayendo con el paro del transporte, tal vez no sea el momento de ponerse a hablar de un libro que se titula On the road y mucho menos de un anuncio que se cierra con el clásico: «¿Te gusta conducir?». Pero, qué le vamos a hacer, la vida tiene estas ironías.