Los cineastas, debe de ser cosa de un arte creado para las multitudes, nunca mueren solos. Tras palmarla hace unos días Charlton Heston, ahora se nos va Sydney Pollack, otro de los grandes, que amaba tanto el celuloide que no sabía estarse quieto ni delante ni detrás de la cámara, así que fue de todo: actor, director, productor y lo que le echasen. Así creció su enorme filmografía, más propia de otros tiempos, de cuando Hollywood era Hollywood y todavía no había sido tomada al asalto por una banda de oficinistas obsesionados con cuadrar las cuentas. Como si el cine fuese cuestión de cuentas.
Se nos ha ido Pollack, el director de Las aventuras de Jeremiah Johnson, Tal como éramos y las célebres Tootsie o Memorias de África; el actor, por poner solo un ejemplo, de Maridos y mujeres, de Woody Allen, uno de los últimos grandes que nos quedan del lado de acá de la pantalla.
Pero, como siempre que perdemos a uno de los gigantes del cine, lo mejor es dejarse de historias y poner en el DVD una peli del gigante. Por ejemplo, si la tenemos a mano, Las aventuras de Jeremiah Johnson, con Robert Redford, el actor talismán de Pollack, de protagonista. Que hablen Jeremiah y su rifle.
No os perdáis el excelente post de Antía sobre Sydney Pollack en su blog de cine. Como siempre, Mrs. Robinson tiene razón:
https://blogs.lavozdegalicia.es/antiadiaz/
Sin duda, la muerte de Pollack supone una gran pérdida para el cine.
Un saludo
Tiene razón Antía Díaz con lo de Sabrina. ¿Para qué? Pero también se le perdona por producir El paciente inglés. Y Memorias de África, obra maestra. Yo tenía una granja en África, como mi madre. Ay, ¿qué chica no se dejaba lavar el pelo por Denis (o sea RR)? Y tú, Pousa, tienes razón con que lo mejor es ponerse un DVD ya.
Es cierto, César, Sabrina ya estaba bien como estaba en su primera (y tal vez definitiva) versión, pero a este grande del cine le perdonamos esos y otros errores, porque nos dio muchos momentos de felicidad a la luz de la pantalla, como por ejemplo esos que apuntas. Gracias, César, por el comentario, gracias a Antía por su post y gracias, también, a Sabela, internauta siempre atenta a todo lo que se mueve en la Red.