La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Regreso emocionado al dolmen de Dombate

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Dolmen de Dombate. Me he acordado de José María Bello y su osadía. Y es que estoy en el dolmen de Dombate, el icono por excelencia de Galicia. Y Bello fue el arqueólogo que se atrevió a profanarlo. Por supuesto, con método científico. Pero en cierta manera fue una gran osadía: romper mitos e introducir la ciencia. Si aquello hubiera salido mal el destrozo hubiera sido terrible. Pero salió bien. Unos años de esfuerzo a los que siguieron dos decenios de abandono, hasta que al fin su propietaria, la Diputación de A Coruña, construyó un recinto digno de él. Visita obligada.

No había vuelto por allí desde hacía por lo menos 15 años. Quedé impresionado, recordando aquella excavación, allá por 1988, si no me equivoco, las comidas en Casa Cruz de Baio -donde años más tarde me tratarían con asombrosa descortesía-, el buen ambiente que viví. Fue, en efecto, un … Seguir leyendo

Camariñas: No, así no

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Camariñas. Paseo por Camariñas. Un placer. Relativo, pero un placer. Y de repente, un bofetón, una puñalada al turismo. ¿Qué quiere hoy en día el turista que se llega a la Costa da Morte? Autenticidad. ¿Es autenticidad ver cochas variadas, muy coloridas, de Indonesia, Filipinas, Malasia…?  Eso es no entender nada. Marcho deprimido. ¡Qué desastre!… Seguir leyendo

Camariñas, en la Costa da Morte, da ejemplo en la ocultación de los horrorosos y prescindibles contenedores de basura y reciclaje

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Camariñas. Salida a Camariñas, plena Costa da Morte, para recoger material para un libro que empecé hace más de año y medio y a este ritmo no acabaré antes del 2021, que es el próximo año santo.Pero ir acumulando material siempre es bueno, por eso tengo la casa llena de papeles ya que soy de los que no se acaba de fiar de los ordenadores, y eso que tengo cuatro o cinco copias de todo. Cosas de la edad, supongo.

Conocí Camariñas hace decenios. Pasé allí fines de semana y escuché, en el comienzo de la Transición, las historias que contaban los viejos en voz baja, cuando decían que al secretario de la célula local del Partido Comunista lo habían atado en el 36 en la proa de un barco o bote y lo habían estrellado contra las rocas. Cuando en Camella había habido una célula trotskista (se entiende que … Seguir leyendo

Una preciosa ruta desde Malpica hasta el Santo Hadrián bordeando la costa

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Malpica de Bergantiños. Cierto: el casco urbano de Malpica, en la magnífica Costa da Morte, fue destruido y no quedan restos. Y no volverá, por supuesto. Pero ahora que septiembre se presenta con temperaturas agradables hay que volver ahí. Porque tiene una de las rutas costeras más asequibles, accesibles y recomendables de toda la Costa da Morte: la que arranca desde el final de su paseo marítimo y lleva hasta la ermita del Santo Hadrián, arreglada recientemente con 500 euros locales y 7.000 de los impuestos de esa Unión Europea que algunos bobos se empeñan en denostar, demostrando que el tirar piedras contra el propio tejado es inveterada afición española. Se ha pecado de lo de siempre: en vez de cuidar el viejo sendero -precioso y entre muros al principio como se ve en la foto superior-, a partir de una playa que no es otra que la propia de … Seguir leyendo

Malpica: casa de veraneo

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Malpica de Bergantiños. A mi madre le encantaba aquella Malpica, la de los años 60, cuando el salitre de las olas de los temporales de invierno llegaban hasta la humilde pensión donde nos alojábamos. Decenios después volvió y no quiso regresar más, visto lo visto. A mí me horroriza, pero aquel recuerdo parece un imán, y por aquí acabo de vez en cuando. Y paseando he visto un cartel que dice que se alquila casa para veranear. Todo apunta a que es esta. ¿De verdad?

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Cómo comer mucho, bueno, barato y en un sitio estupendo en Malpica

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Malpica de Bergantiños. Nunca antes había comido en la Casa del Pescador de Malpica, aunque es un edificio singular que suelo visitar cada vez que voy a esa localidad de la Costa da Morte. Que voy poco aunque fui mucho. Local muy agradable, con estupendas vistas al puerto y obras del mismísimo Urbano Lugrís. O sea, una maravilla.

Ahora está lleno de gente, pleno verano, gente joven atendiendo tras la barra, mucha eficacia. Se está tan bien que decido comer allí mismo una ración de algo. La carta es generosa y los precios, muy bajos, tanto que llegan hasta mosquear un poco. Pero no, no son raciones pequeñas, sino justo lo contrario: enormes.

Puestos a buscarle algún defecto, quizás a la gente que lo lleva -sin duda desbordada por tanto cliente- le falta en la acogida un poco de lo que los británicos llaman friendly. No es … Seguir leyendo