Red Natura del río Tambre. Tengo algo (¡muy poco!) que agradecerle al confinamiento. Y es que tuve tiempo de echar mano de la carpeta donde tenía la copia de todo el material que generó la Sociedad Histórica, Artística y Arqueológica Dugium, que fundé en Ferrol hace un poco más de medio siglo. He logrado darle una estructura y una editorial amiga me lo ha impreso. Por desgracia no lo distribuye por las librerías, a causa del virus, de manera que los interesados tendrán que pedirlo directamente haciendo click aquí. Tampoco sé cómo se pagan los 10 euros.
Pero en fin, no quería escribir de cosas tan prosaicas, sino de cómo Dugium fue un canalizador importante en mi deseo -sin duda herencia materna- de moverme y ver sitios. Dugium fue también una excelente disculpa para conocer todos los alrededores de Ferrol, cogiendo autobuses, un par de veces en coches de padres de amigos, algún tren y, sobre todo, mucho caminar. Nadie aspiraba a llegar justo hasta los sitios, entre otras cosas porque el asfalto escaseaba, así que incluso cuando teníamos coche (e íbamos incluso seis y sin cinturones de seguridad, que no existían) había que aparcar a una cierta distancia del objetivo y echar a andar.
Sí, tengo que agradecerle mucho a Dugium.