La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Pontevedra. Las viviendas hoy humildes y que ayer tuvieron cierta elegancia, que no son monumentos pero que aportan un cierto estilo al paisaje, están condenadas a la muerte en tanto en cuanto sus propietarios fallezcan. Tengan o no numerosa prole, esta acabará abandonando el edificio que quizás los vio nacer y lo que vale es el solar. Si están en una ciudad o cerca de ella, ya no digamos. Lo cual no quiere decir que sea el caso de la vivienda de la foto, a la salida de Pontevedra por el Camino Portugués. Pero seguro que muchos años más no va a aguantar. Al menos así. La lluvia ya se encargará de ello, si es que no merodea un okupa, que entonces aviados estamos. Y ni siquiera hay un catálogo. Es así el país.