Red Natura del río Tambre. Me llega una comunicación de Buckden Towers y, entre otras cosas, me informan de que el pasado mes de septiembre, y de repente, ha fallecido Tony Gilchrist. Por supuesto que este nombre no le dice nada a nadie fuera de su círculo, pero por eso mismo quienes le conocimos tenemos una deuda con él que yo intento no saldar, pero sí recordar, con estas líneas. Tony Gilchrist fue el tesorero durante muchos años -y una de las alma mater- de Friends of Buckden Towers, una ejemplar asociación inglesa cuyo objetivo es proteger, mejorar y difundir el antiguo palacio-castillo donde pasó sus últimos años Catalina de Aragón tras ser repudiada por Enrique VIII. Un castillo impresionante -olvídense de Hollywood- en el cual se han instalado los claretianos desde hace decenios y desde allí gobiernan sus cosas no sólo en el Reino Unido. Lugar de fluir de religiosos que tanto llegan de Guatemala donde enseñan a leer y escribir como de Jerusalén, donde hasta son acosados, de Nigeria o de Madrid. Allí se hablan varias lenguas, entre ellas el español. Un lugar para las vacaciones tranquilas -alquilan la gatehouse, con parte del siglo XV- a años luz de lo que mucha gente (con todo su derecho) entiende por vacaciones.
Ahí dedicó muchas horas y muchos esfuerzos Tony Gilchrist. Si hoy Buckden Towers es un sitio en un estado aceptable es en buena parte gracias a él. Decimos en Galicia que Deus o teña onde o ten. Pues eso.
