Huntingdon. Rubia, fuerte, joven y con la eterna sonrisa británica que en este caso, y sin que siente precedente, es sincera. La mujer estaba en Archives and Local Studies de la biblioteca de Hungtingdon y fue realmente amable explicándome el interés de los británicos por la genealogía. Porque el centro en el que trabaja no se puede concebir sin el interés público por los antepasados de cada quien. Y de paso se entregan cartas, planos, fotos…
Compárese. ¿Quién habla en Galicia? ¿Quién remueve cajones para entregar la documentación familiar? ¿Y dónde entregarla? ¿Quién está interesado en ello? Por eso mismo Inglaterra es un país. Galicia, no.
Por cierto, se llama Esther.