La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Stackpole, en Gales

Buckden Towers. No aguanto a los pseudoperiodistas de reportajes de las televisiones (y algunos de los de periódicos) británicos. Desde luego, los grandes reporteros fueron anglosajones, históricamente hablando. Nadie les discute eso.

Pero la grandeza devino en un protagonismo desmedido donde lo que interesa es -vaya por Dios- lo que opina el periodista, no los demás. Así que las cámaras los encuadran a ellos, los siguen, captan sus exageradas peripecias que ellos mismos provocan y jalean, haciendo gestos que demuestren que sufren mucho por amor a los telespectadores y que por ellos y sólo por ellos están dispuestos a subir a tal sitio o bajar por tal calle, como si eso no les fuese en la nómina. Y ya no digamos los periodistas de viajes, que para probar un insecto en Irán dedican tres minutos de televisión y folio y medio de texto, y mueven manos, ojos y boca más que cualquier latino.

¿No se salva nadie?

Seguro que sí, no veo tanta tele como para asegurar lo contrario. Quizás yo sólo tenga constante mala suerte cada vez que enchufo el dichoso aparato. Y conozco, sí, una excepción: el programa Summer in Wales, grabado en el 2012 y emitido ahora por la BBC2. No se ve en ningún momento al periodista, la voz en off es correcta en su entonación y dan el protagonismo a quienes lo tienen: a las personas que pasaron esa temporada en la parte más bonita de Gran Bretaña.