La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Red Natura del río Tambre. El viernes por la tarde me he llegado a Vigo en medio de los calores, con la gente bufando, como siempre: llevamos meses lamentándonos de tanta lluvia y para un par de días en que Lorenzo hace su aparición ya soltamos el «esto es demasiado, no hay quien lo aguante». Bueno, pues arriba alguien lo ha oído, porque el día de hoy, lunes, no tiene nada que ver con el de ayer.

El caso es que Martín y aprovechamos para tomarnos un helado en el centro comercial de A Laxe (no muy grande, pero sí mucho más grato que otros que conozco por España adelante), evitamos como pudimos los borrachos y o melloriño de cada casa que pululaban por la calle Real, subimos con la lengua de fuera y gracias a que preguntamos un par de veces dimos con el centro de interpretación del Parque Nacional das Illas Atlánticas, que ocupa varias plantas en el Edificio Cambón, pegado a la insulsa colegiata y con unas placitas al lado muy gratas. Y uno, que ya tiene recorridos unos cuantos kilómetros, se pregunta cómo es posible que no se indique, no se promocione, no se avalore (o como se dice ahora, «poner en valor»).

Allí dimos con dos mujeres que se encargaban de los visitantes. Yo creo que deberían de estar aburridas, porque no regatearon ni tiempo, ni conocimientos, ni simpatía. Carla una, la otra no recuerdo el nombre. De manera que pasamos un largo rato, primero con guía, luego sin él. Ciertamente lo que se ve es original, pero incompleto. El que lo pensó se quedó corto: lo que hay está muy bien, escasas críticas se le pueden hacer (quizás el querer convertir las islas con marca propia sin encomendarse a Dios ni al diablo, pero lo cierto es que tampoco la tienen fuera del edificio Cambón, así que…), pero faltan cosas. Por ejemplo, no se ha pensado en los menores, y si los menores tiran para la calle va a ser difícil que las familias se dejen caer por allí. No es posible comprar nada, ni libros, ni nada.

El primer piso es estupendo. Los teletransportadores son una idea genial que si vemos en Gales o Alemania nos cansaríamos de hacerle la ola a quien tuvo la idea. Quizás estén un poquito cerca de la isla correspondiente, pero eso es letra pequeña.

En fin, no sigo escribiendo porque con lo que tengo he de publicar en un par de semanas una página. De modo que vamos a dejarlo ahí o no me leerá nadie el día 14. Pero vaya por delante que animo a cualquiera a conocer el centro de interpretación. Y a admirarse con el valor de las mujeres de Aguiño, allí representadas.