La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
Seleccionar página

Marloes (Gales). He seguido los consejos vía Facebook de mi ignota amiga Lisa Jones, así que cogí el Passat alquilado y tras perderme dos veces llegué a Little Haven, donde ella estaba.

Lo de perderme no tiene mucha justificación, porque hasta el mínimo cruce está señalizado -señales homogéneas en toda Gran Bretaña, aquí no hay el «na miña casa fago o que me peta» gallego y uno pasa de un municipio a otro sin que varíe la señalética- y además las carreteras están bien numeradas. Mi amigo el fotógrafo Manuel Marras se reirá ahora de mí, sin duda.

Pub The Castle, en Little Haven

El caso es que llegué a la enorme playa de Broad Haven, preciosa, día de huevo frito en el cielo, personal que pasa de todo y se mete en el arenal haga frío, calor, o lo contrario de lo opuesto. Otra estrechísima pista por la que sólo cabe un coche, con ancheamientos de vez en cuando para que uno pare y pase en el enfrente, conduce al minúsculo y abigarrado Little Haven, donde la práctica totalidad de las casas se alquila y donde la ratio vivienda/pub disfruta de niveles hispanos. En The Castle no conocen a Lisa, y salgo de ese puertecito sin encontrármela, buscando el siguiente punto que me recomendó: The Lobster Pot, en Marloes, un pub con escaso cuidado estético interior para lo que es Gran Bretaña, con una paeja en edad madura justamente cordial sin más, lo que no ayuda a generar una atmósfera atractiva. Pregunto por Lisa. Mera sonrisa negativa y a otra cosa.

El jardín es grande e impecable, estupendo, muy cuidado, grato a pesar del ruido de un extractor, monótono y de bajo volumen. El cuidado que le falta a la decoración por dentro es eso, una característica del interior: todos los detalles vegetales y marinos están colocados de manual. Pero a pesar de eso no me acaba de gustar demasiado The Lobster Pot. Me alegro de haber venido, pero habiendo otra alternativa no repetiré. Y no porque sea caro, que ciertamente sí lo es.