La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Red Natura del río Tambre. No crean que voy a hacerme publicidad, no, al recomendar que echen un vistazo a las cinco páginas que publico hoy en La Voz de Galicia sobre ese espacio natural maravilloso que son las islas Estelas, a tiro de cañón de Baiona, en Pontevedra por lo tanto. He ido allí con Marras, claro, y con Carlos, ambos cámaras en ristre, y dimos con un tipo estupendo, Fernando, que además es el patrón mayor de la cofradía. Nuestra última experiencia acuosa había acabado como el rosario de la aurora, a la deriva entre Sisargas y punta Nariga, en la Costa da Morte, y con dos motores de 450 caballos en total que se negaban a andar después de que quien firma hubiera agarrado el timón con mano segura y meterle toda la caña del mundo. Algo hice mal aquel día porque tropezamos con algo y la lié. Así que de Baiona ás Estelas, monte Ferro y la desembocadura del río Miñor ni se me ocurrió pedir el mando. Además, el tal Fernando fue insustituible. El hombre se dedica al percebe, y no le tiembla la mano al meterse entre arrecifes y escollos varios que causan en los avezado sfotógrafos una mirada de inquietud. Incluso les toma el pelo a los improvisados marineros y les indica que una cercana piedra que se ve cuando le da la gana al mar se llama Rompetimóns, nombre del que se apropió una asociación cultural y recreativa de tierras cercanas que por allí, por Os Cagallóns, parecen lejanas.

No hemos podido desembarcar en ninguna de las dos playitas de las islas porque no llevábamos zodiac, así que nos conformamos con admirarlas a prudente distancia. Pero siendo eso muy bonito lo más impresionante es navegar en las cercanías de Os Cagallóns (en las cartas marinas figuran como Os Farallóns, pero la cultura popular se impone), con el faro con cormoranes y gaviotas que parecen reírse de uno, mirando a ver si encallamos o no. El viaje se completó de manera feliz: un buen grupo de delfines se empeñó en acompañarnos. Marras los inmortalizó en una impresionante foto que ocupa a lo ancho dos de mis páginas. Y las ennoblece, por cierto.

(PD/ Si hay alguien que quiera emprender la aventura, el teléfono de Fernando está en nuestro reportaje de La Voz).