La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Red Natura del río Tambre. Ayer me llamó Carlos Rodríguez, el director de la Escuela Universitaria de Turismo de A Coruña donde imparto una asignatura cuatrimestral. Me comunicó que Marion había muerto.

Cuando un ciclista profesional se cae su tendencia es coger de nuevo y antes que nada la bicicleta, como si se la fueran a robar. Cuando un periodista recibe una noticia el impulso le hace escribirla. Así reaccioné yo. Claro que con los años uno se modera, y para no escribir ni con la cabeza, ni con el corazón, ni mucho menos con el estómago intento dejar pasar siempre una noche.

Hoy sí. Hoy escribo pensando con el corazón, en afortunada frase de mi admirada y desaparecida líder de los Verdes alemana Petra Kelly. Como alemana era también Marion Sparrer. Cuñada del conocido periodista de viajes Tobías Büscher, había recalado en A Coruña y daba clases en la Escuela Universitaria de Turismo. Vino para quedarse.

Yo no he tenido gran relación con Marion. Estuve en Santiago en la presentación de su libro comparativo entre el turismo rural gallego y alemán, y no compartí buena parte de sus tesis, aunque reconocí en público que era un paso muy importante el que una investigadora germana haga estudios de ese estilo. Discrepé con su director de tesis y amigo, Xosé Solla, pero por supuesto nada de eso impidió que nuestra relación fuese cordial en todo momento. Cuando hace más o menos año y medio Marion llegó por la cafetería de la Escuela de Turismo con su niño recién nacido se veía radiante, en el momento más feliz de su vida. Recuerdo perfectamente esa media hora que con Sarah, Mavi y Mada, entre otras, estuvimos hablando de niños, de turismo, de alemanes y de la playa de Riazor.

Unos meses después se le diagnosticaba leucemia. Su hijo tiene derecho a saber en el futuro quién era su madre, qué hacía, qué amigos tenía. A ese objetivo se suman estas líneas desde el dolor.