La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
Seleccionar página

Red Natura del río Tambre. Mire usted, este es un blog de turismo en su acepción más amplia. Así que otros temas no tienen -nunca tuvieron, ni una sola vez- cabida. Pero hoy estoy indignado y me salto la regla, porque para eso están las excepciones. Y un día es un día. Porque un buen amigo y excelente fotógrafo de prensa cuyo nombre omito sufre una hernia por la columna adelante complicada con artrosis, de lo cual soy testigo, y tras mucho aguantar y venga análisis tras análisis, los médicos le han dicho que la única manera de que remitan los duros dolores que le obligan a trabajar con el ceño fruncido y una pierna arrastrándola cada vez más es pasar por el quirófano. Yo estaría muerto de miedo. Él es algo más valiente.

Así que ha recibido una carta del complejo hospitalario de A Coruña, ese de toda la vida que antes llevaba el nombre del fascista Juan Canalejo. La ha recibido hace un par de días. Y le dicen que no hay problema, que en marzo del 2012 lo recibirá el cirujano para evaluar su situación, que luego pedirá cita y ya lo operarán. Si está vivo, claro, digo yo. Sí, ha leído usted bien. 2012. Y hasta entonces, que coja una baja, también añado yo, porque el hombre no puede seguir así, y que su empresa -privada, no se dedica a comer la sopa boba- se fastidie. Y luego quieren que no me acuerde del parentesco de muchos -no todos, no todos- los funcionarios. Porque no me lo creo. No me creo que si trabajan las horas que tienen que trabajar mi amigo tenga que esperar más de año y medio para ser operado. Y aunque fuera así, que trabajen más, que de las crisis se sale arrimando el hombro, no echándole la culpa a los políticos. Luego, eso sí, ahí están los Rafa, Gulías, Rosa, María José y una gran tropa de profesionales partiéndose el alma en la consulta y en el hospital, para que cuatro soplagaitas que tengan la sartén por el mango se rasquen la barriga.

¿Qué tiene que ver todo esto con el turismo? Nada, ya lo he dicho al principio. Pero al menos me he quedado algo más tranquilo. Aunque a esos privilegiados que cobran el triple que mi amigo les importe un bledo.