Outeiro de Rei. En plena canícula me he ido a pasar el día a Marcelle Natureza, a escasos kilómetros de Lugo. O sea, a un parque-zoo estupendo que admite cualquier comparación con los mejores de Europa adelante. Esto es un espacio europeo, a lo que sin duda contribuye el hecho de que por la parte inferior discurra un río Miño declarado reserva de la biosfera. Y me he pasado el día sin ver ni un ladrillo y ni un parche de cemento. Lo cual ya es decir en plena Galicia. Porque la casa de Marcelle era esa, una casa cuyo dueño era un apasionado por la naturaleza y al que los hijos le convencieron para desarrollar su ilusión creando todo eso. Impecable.
Para empezar, quedé como un rey, porque por muy poco dinero invité a mis amigos Rafa (hay dos), Sole, Rosa, Begoña, José Manuel, Merche, Elena, Paco, Lalo, Coro, Inés, Martín, Ana y Antón. O sea, un campeón. Hace un mes que llegué de Francia y puedo jurar que allí lugares semejantes (alguno no tan bueno) tenían un precio de entrada entre el doble y el triple. Y encima no presumían del restaurante que posee Marcelle: grato, precio medio, buena comida (sólo desmerece el pollo, un poco insulso), platos considerados raros (avestruz, canguro… Ni se me ocurrió probarlos), buen trato… El paseo por la reserva natural, con un emú que se hizo amigo nuestro y los lobos sin quitarnos ojos pegados a nosotros, verja por medio, fue de lo más agradable, tanto por la guía de buena dialéctica como porque el termómetro casi marcaba 30 grados fuera de allí y el grupo andábamos por el medio de un bosque. Y hasta la tienda de recuerdos se ve muy bien surtida y es realmente bonita.
Me decía Mercedes esta mañana que venir de Noia a Oroso (50 km) le llevó dos horas por el intenso tráfico. «Vaite a Marcelle», le respondí. Yo volveré.
Como todos los que me leen saben que soy siempre un poco hipercrítico, algo negativo tengo que dejar caer. La señalización en la Nacional VI es francamente mejorable. Pero también sé que eso no es competencia de los dueños de Marcelle.
Efectivamente. Te doy toda la razón. Es un lugar al que vale la pena ir sobre todo con niños. Me alegro de que lo hayas pasado bien (bueno, tu y todos tus invitados)
Yo lo descubrí esta primavera y me pareció impresionante. Como no tenía referencias con qué compararlo, simplemente lo había considerado un lugar estupendo, agradable, perfecto para que pequeños y mayores disfruten de los animales y de la naturaleza. Los niños estuvieron varios días hablando de Marcelle. A buen seguro, volveremos.
Ola, pois o certo é que eu non o coñezo pero conto coa axuda de miña filla maior que xa foi hai anos. A verdade é que a ela lle gustou e agora quero levar ás outras dúas fillas a coñecer iso.
Apertas
Vaites, vaites, que paga moito a pena. Lévate bocatas, que hai un sitio moi bonito para ir de pic-nic (galicismo).
bonitiiiiiiiiiiiiiiiisimo, ¡jo, que chulada!. Fui ayer por la tarde, con mi pareja pasamos unas horas realmente entretenidas. Una visita que aconsejo sobre todo a niños. Unicamente lamento, despues de leer vuestros comentarios, no haber comido en el restauurante del propio parque, pero, …pronto volvere.
Pues si te gustan los sitios con un cierto nivel y cuidado, Ana, no te pierdas el castillo de Soutomaior.
Gustáronme moito os teus comentarios. A verdade é que tes toda a razón, é un sitio a «nível europeo» e un exemplo de como se poden facer as cousas neste país.
Un dos seus atractivos é a localización na Reserva da Biosfera das Terras do Miño -en concreto nun dos espazos prioritarios dentro da área protexida-. O paseo pola beira do Miño é extraordinario.
A maioría dos animais teñen unhas condicións máis que aceptables
e están continuamente innovando e mellorando as instalacións.
Cristobo foi pena que non probaras a avestruz, seguro que cambias
de opinión.
Bueno, Manuel, eso de que yo coma avestruz no resulta impensable, pero sí improbable…