La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Hace un par de meses, antes de que Ana, la del muy recomendable mesón Tuno de A Illa comunicara que se casaba, pillé en esa isla pontevedresa una tarjeta que anunciaba una web. La tarjeta sufrío innumerables viajes internos dentro de mi casa -claro- y ahora la recupero. Se me da por ir a la web y me quedo gratamente impresionado: mariscos de la ría de Arousa servidos a domicilio y a un precio ligeramente superior al del mercado en algunos casos, pero con la garantía de que son de donde son y eso, puestos en su casa. O sea, precios razonables.

Ahí es donde hay que estar. En Internet. Se acabó el vender en la plaza. O mejor dicho, no se acabó, pero en absoluto va a ser el único modo de comprar cosas. Cierto es que ese cambio va a ser lento, pero claro está que ya ha llegado. Porque eso también es turismo: comer, y comer bien.

La idea es fantástica. Sólo tiene dos problemillas. El primero, que no tengo ni idea de si está detrás de ella una cooperativa, un lanzado para adelante o quién. El segundo, que si tienen un fallo de calidad, uno solo, habrán matado algo tan bonito y tanto recorrido como este. Personalmente, les deseo mucha suerte. Y, desde luego, compraré. Ya informaré del resultado.