Caión. En este danzar sin fin por la geografía gallega (y a veces no tan gallega) me llego a Caión, al principio de la coruñesa Costa da Morte aunque la mayoría sitúa ese comienzo en Malpica. He pasado por el periódico, invito a un colega y allá vamos a tomarnos un pulpo. Resulta que el Finisterre, que es mi sitio favorito, está cerrado, aunque vaya usted a saber por qué, de modo que aparcamos cerca del Porta Caeli y nos arriesgamos a la aventura. Buen recibimiento -la gente es encantadora- en un sitio muy luminoso y acogedor, con pocas mesas que están vacías pero que se llenan en diez minutos, así que aterrizamos en el momento justo. Percebes normalitos (tampoco son muy caros), almejas a la marinera curiosas bien preparadas con mucha salsa aunque no son mis preferidas y unos chipirones a la plancha con patatas más que aceptables. Flan casero pero no tienen café de pota, si bien el de máquina no es nada malo. Y de vuelta al periódico que resulta que la actualidad es caótica y vaya usted a saber qué ha pasado en nuestra ausencia. ¿Volveríamos algún día al Porta Caeli? Sí, sin problema.
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