La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
Seleccionar página

A Coruña. Visita al Aquarium Finisterre, la Casa de los Peces. Porque en Galicia tenemos posibilidades de desarrollar un turismo de interior que cuantitativamente no se puede comparar a otros países, pero cualitativamente sí. Cierto es que la oferta se concentra mayoritariamente en la ciudad de A Coruña, merced a la impagable labor desarrollada por mi amigo Moncho Núñez durante todos estos años, pero por algo se empieza.

El problema, sin embargo, es otro. El problema es que en Gales, Escocia o Dinamarca llueve y la gente busca adónde ir. En Galicia llueve y todo el mundo se queda en casa, lo diga Protección Civil o no, y todo lo más se sale a comer al restaurante o la churrasquería, lo diga también Protección Civil o no. Y, así, a pesar de que hasta hace un par de años escaso los Museos Científicos Coruñeses eran un bum, la gente se acurruca ante la tele y que el niño no dé mucha lata, por Dios.

La alternativa del Aquarium es sensacional. Cierto es que hay cuatro o cinco pequeñas cosas que no funcionan, pero, conociendo al director técnico, me juego diez a uno que en estos momentos ya está intando arreglarlas. Y, además, es posible comer allí dentro en un restaurante con unas vistas sin igual. Pablo Gallego, un viejo conocido, sigue llevándolo  y deja su impronta. Las raciones son muy generosas, bien servidas, con cuidado en la presentación. El personal, atento y muy curtido en atender a familias con niños, que es lo que estábamos allí. El precio, como se quiera: buen menú del día, platos muy asequibles (10 euros más IVA el bacalao ya me dirá usted) y otros caros como las cocochas, pero es lo que hay. El bacalao con pisto, justo en su punto, igual que el salmón con salsa de naranja.