Faro de Laxe. Aprovecho para ir a uno de mis muchos lugares preferidos de la Costa da Morte: el faro de Laxe, donde, prismáticos en mano, hace cerca de 30 años que estuve por primera vez con mi amigo Lalo (curioso: sigue siéndolo), con su mujer Rosa (curioso: sigue siéndolo también) y con mi ex mujer (nada curioso: no sigue siéndolo).
Desde entonces volví unas cuantas veces, sobre todo en verano. La península donde se asienta el faro ha sufrido pocos mordiscos del feísmo. Se define como una planicie siempre batida por el viento, con matorral y pino bajo. Las vistas a babor y estribor son, como mínimo, impresionantes, con las olas inundando el cuadro con sus pinceladas blancas, rompiendo contra los tremendos acantilados de punta Roncudo por un lado y las aristas graníticas de Camelle y Arou por otro.
El faro en sí no es gran cosa, pero, ¿a quién le importa eso? Hay que prepararse para disfrutar, porque hasta el área de descanso con mesas y bancos ha sido tan bien diseñada con los muros levantados siguiendo la tipología castreña que sólo puede calificarse de magnífica. Y está muy limpia, por cierto. ¿Viento? Amigo mío, esto es la Costa da Morte pura y dura. Sin viento no se le podría otorgar la matrícula de honor que se merece.
Me metiste la fiebre en el cuerpo. El próximo fin de semana que tengamos libre y por supuesto nos coincida estar solos, realizaremos esa ruta que nos recuerdas con tanta viveza. No la hice des que que nos ofrecían a los visitantes las nécoras vivas para elegir. Por cierto que ‘de los bichos negros’ se habló mucho posteriormente en esta casa, pero no por ello dejó de gustarles a los que se asustaron en su día. Tiempos aquéllos amigo Cristóbal.
Llevo 20 años en Galicia y aún no lo conozco. Pero después de leer esta entrada, iré.
Bicos
Dou fé absolutamente de todo o que dís. Estiven na semana Santa e dende logo que é algo increíble.
Visita recomendadísima!!!
Como boa laxense que son, dou fe da fermosura deste paraxe ao que tanto boto de menos. Compráceme saber que vos gusta tanto! Pero non olvidedes visita-la praia de Soesto, única!
He visitado este verano por primera vez el pueblo de LAXE y desde el primer momento me enamoré de él. Es un sitio de una belleza espectacular que invita a vivir; te relaja, te llena de energía, te renueva dándote fuerza para seguir andando el camino. Desde sus calles, sus casas, su hermosísima playa con su arena fina y blanca, sus olas susurrando, sus gaivotas planeando sobre ella, su vegetación danzando al son del viento; hasta su capilla Da Santa Rosa, su faro…., es todo tan perfecto para relajarse y para deleitarse que sobran las palabras, porque hay que estar aquí y verlo con los propios ojos, y sentirlo!
Invito a todos a conocerlo, pero conocerlo en todas sus facetas.. a mi me encantado!
Paloma