La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Conversaciones demediadas

Ítalo Calvino, maestro en el dificilísimo arte de deslizarse por el filo de la navaja de la realidad, descubrió extraños y portentosos usos de las palabras que nadie había soñado con antelación. Es el caso, por ejemplo, del adjetivo demediado, para el que se inventó un personaje, el vizconde Medardo de Torralba, al que le colgó del cuello el adjetivo y una de las más hermosas  historias jamás escritas (y escrita, perdón por la redundancia, cuando ya el mundo enfermaba del mal de no saber si se podía escribir algo más). Al vizconde le voló la mitad del cuerpo una bala de cañón turco y así nació el uso de la palabra demediada que ahora, triquiñuelas de la mente, se me sube a las neuronas al escuchar las mil y una conversaciones demediadas que escupen, en la cabina del bus número siete, quienes parlotean sin pausa por … Seguir leyendo

Bansky, ¿cazado?

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Hay escritores, como J. D. Salinger o Thomas Pynchon, que han cimentado buena parte de su leyenda en ocultarse de los focos. No conceden entrevistas. No presentan sus libros y, en el caso de Pynchon, hasta se permiten la travesura de presumir de que una de sus últimas apariciones en público fue doblando a su personaje en un capítulo de Los Simpson, en el que el escurridizo literato salía encapuchado con la clásica bolsa de papel de supermercado. Su voz, cuentan, era la real.

La misma estrategia escapista ha seguido hasta hace un par de días Bansky, el grafitero con más caché del planeta, que lleva varios lustros jugando al escondite con sus devotos. Bansky agarra sus andamios, sus pinturas de guerra, sus sprays y levanta un mural de museo en cualquier pared de Londres, pero cuando llegan los fans, los marchantes y los fetichistas, Bansky se … Seguir leyendo

Un inicio

«Cuando la niebla de la anestesia se desbarató y al fin abrió los ojos, la luz fluorescente de la unidad de cuidados intensivos le recordó a Miguel Andrade que no sabía quién era».

Esto es el arranque de una «cosa» -llamarla novela sería pretencioso- titulada, a partir del verso de Louis Aragon, La noche de las palabras. Hay 120 páginas más dentro de un cajón. Se admiten, e incluso se agradecen, consejos, críticas, enmiendas, alegaciones, tachaduras y conjeturas sobre este comienzo y sus hipotéticas continuaciones.… Seguir leyendo

Revival

Será por tocar las napias, pero me ha entrado saudade de la infancia, de la niñez, de esa pequeña isla del tesoro de la que ya no queda apenas nada, y hasta de la adolescencia, ese infierno diminuto al que uno sobrevive por la música, por los amigos (sí, y por las amigas, claro), por aquel libro que leímos por primera vez, yo qué sé, por una colección de instantes que luego convertimos en leyenda porque teníamos catorce años y nos lo estábamos pasando bien. Pero que muy bien. No es que te gustara especialmente aquella maldita canción de Spandau Ballet, sino que, cuando sonaba aquel tema romanticón, y hasta algo cursi, tú te lo estabas montando de cine, una tarde cualquiera, qué más da, con los colegas. Bueno, os dejo aquí, en plan revival, el vídeo de Gold, de Spandau Ballet, tema en el que se inspira ese … Seguir leyendo

Superagente 86

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En una ocasión un jefe me soltó que escribía «demasiado literario». Coño, gracias por el piropo, repliqué yo, siempre tan incauto. Pero resulta que no era un elogio, que era que me iba a montar una pirula. En la bronca de rigor, el boss me echó en cara que, además de muchos adjetivos, en mis columnas se deslizaban demasiados guiños nostálgicos y, al filo de la treintena, me insistió, eso de andar meneando todavía la infancia era algo intolerable. Seguramente aquel jefazo tenía toda la razón, por eso él llegó adonde llegó y yo ando por aquí, trasteando con el blog. Lo siento sobre todo por mi madre, que tenía grandes esperanzas puestas en mí, aunque ya me advertía que era un fuguillas y que era mejor lo de «despacito y buena letra». Y yo, de despacito, nada; y la letra, hay días que no me la entiendo ni yo. … Seguir leyendo