La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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¿Quién dijo tranquilito?

Circula por ahí una teoría infundada según la cual trabajar en verano es una bicoca que se reduce a pasar a fichar, echarse unos cafetitos al píloro y listo. Ja. En la oficina de toda la vida cae julio y se esfuma media plantilla, que sigue al estilo navajo el rastro del jefe hasta el aparcamiento. El boss hace clic al mando de la puerta del garaje y asistimos a la versión 2.0 de La fuga de Alcatraz. Así que los tres pringados de siempre, los tontainas que se quedan todo el verano a pie de trinchera, aporreando dos teclados a la vez en plan Nacho Cano, son algo muy parecido al tío Tom, el de la cabaña, y sus colegas de la plantación de algodón. Apechugan con su faena, la de su primo y la que traiga el Nordés sobre su chepa. Pero lo peor no … Seguir leyendo

Los bichos

Los que se ponen cachondos con el calor son los entomólogos. Y no quiero decir que estos señores sesudos anden salidos. Para nada. Lo único es que, con el estío, estos eruditos, que andan por ahí atornillados a un cazamariposas y una lupa, están que se salen. Para los entomólogos el verano es como una barra libre, pero a lo bestia, sin freno, hasta el coma final. Ahora le pegas un patadón a una piedra y asoman todo tipo de bichos, larvas, seres que se arrastran, que pican, que dan alergia. Porque el verano de verdad, el que no sale en los anuncios de tanguitas, está plagado de cucarachas que sobrevivieron a Chernóbil, de arañas de patas peludas, de piojos que perforan el cráneo del chaval, de moscas que beben más cerveza que un alemán deshidratado, de pulgas que se comen al tullido can de palleiro y de avispas kamikazes … Seguir leyendo