La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Paradójicamente

Sólo a  mí se me ocurre citar a Bartleby, el escribiente. Su mera mención, en la anterior entrada de este cuaderno de bitácora, ha tenido en mí un efecto devastador, paralizante, como los venenos que las arañas inyectan en sus víctimas para luego poder paladearlas con sosiego. Hace una semana yo mismo me inoculé la pócima del mal de Bartleby al plantar aquí su nombre y, lo que es más grave, su legendaria sentencia: «Preferiría no hacerlo».

Por eso, hoy, aunque tendría que contar algo sobre Mario Benedetti, que también se ha ido a respirar el polvo de las estrellas, sinceramente, preferiría no hacerlo. Podría, por ejemplo, dedicar a Benedetti uno de mis Inicios de novela. Podría citar el arranque, pongamos por caso, de La tregua, que creo que empezaba así: «Sólo me faltan seis meses y veintiocho días para estar en condiciones de jubilarme. Debe hacer … Seguir leyendo

Otro tesoro de la cantera irlandesa

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«Me gustaría contar qué ocurrió en casa de mi abuela el verano en que yo tenía ocho o nueve años, pero no estoy segura de si sucedió en realidad. Necesito dar testimonio de un hecho que no sé si es cierto. Siento bullir dentro de mí eso que tal vez jamás haya tenido lugar. Ni siquiera sé cómo llamarlo. Creo que podríamos decir que fue un crimen carnal, pero la carne desapareció hace mucho y no sé qué daño puede haber quedado en los huesos».

Así arranca El encuentro, de Anne Enright (editorial Lumen, traducción de Francisco Javier Calzada), del que hoy publico en el suplemento Culturas de La Voz de Galicia esta reseña:

Quién sabe dónde se oculta el secreto de la inagotable cantera literaria de Irlanda. Tal vez en el dédalo urbano de Dublín, capital elevada a la cumbre de las ciudades literarias en el Ulises joyceano. … Seguir leyendo

Vilariño (y III)

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*El pasado martes se apagaba definitivamente la voz de la poeta uruguaya Idea Vilariño (Montevideo, 1920-2009), hija del escritor anarquista de origen gallego Leandro Vilariño. En el 2008, cuando ya sumaba 88 años, Idea Vilariño culminó su singular carrera literaria con la publicación de Poesía completa en el sello Lumen, que por primera vez reunía en un único volumen la totalidad de su obra.

Más allá de los obituarios y de las habituales declaraciones de compromiso, la auténtica verdad de la obra de Vilariño se halla, desnuda y sin tapujos, en estas demoledoras 328 páginas. Aquí están sus terribles y hermosas certezas sobre la existencia, el amor y la muerte. Su vida entera está en estos versos de una insólita contundencia y rebeldía, en los que los días se han posado sobre el papel en forma de palabras de infatigable belleza.

*Publicado hoy en La Voz de Galicia… Seguir leyendo

Vilariño

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Juan Ramón Jiménez dijo que Idea Vilariño tenía «un lento mirar verde». Certero JRJ, porque la mirada de Idea traspasa el papel y el tiempo, e incluso en el blanco y negro se atisba ese agudo mirar verde. Pero no sé yo si era un mirar lento. Yo creo que era un mirar fulgurante, duro, casi desafiante, al menos en las escasas fotos que de ella nos quedan. No hay muchas imágenes de Idea, porque a pesar de ser desde los treinta años un icono literario de Uruguay se resistía a conceder entrevistas y a salir en los papeles. Su obra, claro, se promocionaba sola, porque ella escribía desde la estratosfera y no desde esa caravana circense que montan algunos conglomerados editoriales para vender libros con portadas chillonas y títulos en relieve. Se llamaba Idea porque su padre, el poeta de origen gallego Leandro Vilariño, era anarquista y a sus … Seguir leyendo

Pompas

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Seguimos con los obituarios, ese subgénero del periodismo funerario, que no es exactamente el periodismo de sucesos, pero casi. Ayer, mientras por aquí leíamos la autonecrológica de Javier Ortiz, fallecía en Uruguay la escritora de origen gallego Idea Vilariño (en la foto), de la que hace un año se publicaba en el sello Lumen su formidable Poesía completa. No sé por qué en la vida en general, y en la cultura muy en particular, las personas son en apariencia mucho más importantes cuando mueren que cuando están vivas. El asunto me intriga, porque choca contra el más elemental sentido común.  ¿Por qué un escritor (no digamos ya un poeta) sólo adquiere verdadero protagonismo justo el día que no va a poder leer los periódicos ni disfrutar de su minuto de gloria? ¿Porque ya no es peligroso? Resulta muy sospechosa toda esta liturgia de las pompas fúnebres literarias. En … Seguir leyendo