por Luis Pousa | Abr 3, 2014 | Atlantic City

Ya no se estilan aquellas vitrinas de los restaurantes que parecían naturalezas muertas de los maestros flamencos del barroco, aquellos teatrillos de las casas de comidas donde se exhibían merluzas del pincho con un limón incrustado en la boca, cochinillos de siniestra sonrisa, pulpos desmadejados, cabritos de ojos saltones y hasta lampreas de bocas desafiantes y antediluvianas.
Si uno quiere ver un bodegón a la antigua usanza tiene que irse hasta la plaza de Lugo, que en realidad se llama mercado municipal Eusebio da Guarda, pero que nadie llama jamás así.
Los turistas, esos que creen que las nécoras ya salen rojas del mar, sacan muchas fotos de los puestos y los guiris de los grandes cruceros flipan largo y tendido con este exhibicionismo de la carne y la pesca, este alarde de gula que más que gula ya es lujuria.
La plaza de Lugo ya no es aquella plaza … Seguir leyendo
por Luis Pousa | Mar 15, 2014 | Atlantic City

Ya nadie se acuerda de la mili. Ni siquiera ese primo quinto a mano izquierda que tantas anécdotas contaba de garitas, imaginarias y otras machadas en las sobremesas dominicales. Nadie habla ya del sorteo de quintos, que no consistía precisamente en repartir a voleo botellines de Estrella, sino en darle a un bombo que lo mismo te mandaba a Ceuta que a Caranza. Puro azar. Cuando había mili solo te librabas de arrojar por el desagüe muchos meses de tu vida declarándote insumiso, haciéndote objetor de conciencia, por exceso de cupo (el baby boom daba reclutas a patadas) o si te declaraba inútil un tribunal médico.
A mí me tocó ser inútil porque, como decía Woody Allen en no sé qué película, en caso de guerra no valdría ni para prisionero. Tengo un papel del Ministerio de Defensa que lo certifica. Inútil. No apto. Algo así. El caso es que … Seguir leyendo
por Luis Pousa | Mar 1, 2014 | Atlantic City
No es el París, Texas de Wim Wenders. Ni tampoco el monumental y glacial París-París. Ni siquiera el París de aquel rali de tazas París-Dakar de Compostela que tantos hígados imberbes pulverizó. Es el París de la calle Real esquina a Torreiro. Si cierro los ojos veo la fachada del Cine París en una foto en blanco y negro de Vari Caramés. Todavía está en la esquina la juguetería Tobaris y un barquillero se pasea por delante de la taquilla con su invernadero portátil para barquillos a hombros.
Si abro los ojos —no por nada, solo para que no me echen encima una camisa de fuerza— veo todavía las letras doradas del Cine París en la fachada. Una reliquia que recuerda que aquí, de 1908 a 1999, estuvo abierta la que fue la sala más antigua de España en funcionamiento. Ahora ha vuelto a ser lo que ya fue en … Seguir leyendo
por Luis Pousa | Feb 26, 2014 | General
La principal conclusión del paisaje después de la batalla generado por la última gracieta de Jordi Évole es que, según los gurús más vanguardistas, no hay que ponerse demasiado quisquillosos con las difusas fronteras entre periodismo y entretenimiento. Qué más dará realidad que ficción, el caso es pasar el rato, echarse unas risas y largar algún chascarrillo fugaz en el Twitter. Si el Gran Hermano de Milá y su ducha meada era un experimento sociológico, el teatrillo de Salvados y sus dicharacheros parlamentarios también puede lucir galones de experimento televisivo. ¿Y la credibilidad? La credibilidad es una antigualla de quita y pon, lo mismo la dejas en el perchero para urdir un documental que no es un documental, sino un burdo vacile al espectador, que te la vuelves a calzar para jugar a ser periodista el próximo domingo por la noche. El caso es tener muchos clics. Porque el clic, … Seguir leyendo
por Luis Pousa | Feb 22, 2014 | Atlantic City, Columnas de La Voz de Galicia, General

En Los Ángeles un tipo ha abierto The Last Bookstore, una librería que se llama exactamente La Última Librería. Claro que Los Ángeles es la ciudad apocalíptica por excelencia. En Los Ángeles escribió Bukowski, el gran Chinaski, su demoledor Dinosauria We, un poema en el que anticipaba el hermoso silencio que seguiría a la hecatombe nuclear. Y en Los Ángeles transcurre otro icono del apocalipsis zombi o vampírico: El último hombre vivo, esa peli en la que Charlton Heston es el único superviviente —al menos el único humano en sentido estricto— tras una devastadora guerra biológica entre China y la URSS.
A Coruña, ya lo decían las abuelas al ver a las chicas haciendo toples en Riazor, no es Los Ángeles. Pero a este paso cualquier día abre a la vuelta de la esquina La Última Librería. Porque, a falta de apocalipsis zombis, nucleares o bactereológicos como los … Seguir leyendo