Martha’s Vineyard, esa exclusiva isla de la costa este de Estados Unidos donde veranea el presidente Obama, en las proximidades del también célebre Cape Cod, no siempre ha sido el refugio pijo de las élites americanas. Hubo un tiempo, no muy lejano, en que de los muelles sucios de brea y salitre de Martha’s Vineyard, Nantucket y New Bedford partían los grandes balleneros en busca de sus presas. Del puerto de la isla de Nantucket zarpa precisamente el Pequod para emprender la caza de una ballena blanca llamada Moby Dick.
Para mí, el nombre de Martha’s Vineyard está asociado a ecos de sociedad, ciertos nombres, lugares lejanos e inaccesibles, de muchisimo lujo y riqueza donde yo podría empezar a soñar. No sé si para los que viven allí ya se han cumplido sus sueños o hay algo que se les resista y todavía esperan.
Saludos.
Me encantan los mapas antiguos.
[Bueno, los nuevos también.]
Y este es precioso.