Impresionante (por no usar palabras de mayor calibre) la autonecrológica que ha dejado escrita en su blog el escritor y periodista Javier Ortiz, fallecido esta madrugada. Que la tierra le sea leve.
Impresionante (por no usar palabras de mayor calibre) la autonecrológica que ha dejado escrita en su blog el escritor y periodista Javier Ortiz, fallecido esta madrugada. Que la tierra le sea leve.
Curioso lo que pone en el blog Luis y es de agradecerlo, pero (Luis no tiene la culpa) de muy mal gusto dejar que el señor Javier Ortiz deje su obituario. No le encuentro la gracia. Ridículo
Manuel, es que a los periodistas, a este paso, hasta nos van a poner a trabajar después de muertos, como al Cid.
Un abrazo
La libertad es un bien tan sagrado que se debe respetar hasta para hacer algo tan poco habitual. Sí él lo quiso así, nadie es quien para cuestionarlo. Que la tierra sea «más que leve» para el fallecido y para los que aun resistimos sobre ella. Amén
Creo que cada persona es libre de hacer lo que quiera.No me parece mal que este periodista ,quisiera ejercer como tal hasta después de su muerte.Esta mañana he oído en la radio ,que su primer trabajo fue una necrológica.El quiso terminar como empezó.Podemos comentarlo,pero a mi entender,no cuestionarlo.De todas maneras ,¿por qué es de mal gusto?.La muerte forma parte de la vida.Saludicos
La libertad incluye el cómo despedirse. Pues eso, buen viaje y que nos espere mucho tiempo…
Un abrazo.
Pues a mí me ha parecido sublime el texto, la manera, el humor, las enumeraciones, la crítica a lo vulgar que es la muerte y lo que demuestra: que nos toca a todos y que cada uno hace de/con ella lo que quiere, no es más que un momento que llega y esta manera de despedirse me parece inmejorable. Como mejor sabe, como siempre lo ha hecho. Escribiendo.
Y…por qué ha de ser de mal gusto? le quita trabajo a la gente que escribe necrológicas? o crees que su familia se sentirá avergonzada por esto? es que ya ni la muerte de uno va a poder ser íntima!!!
A mí me ha encantado. Además lo bueno de escribir la propia necrológica es que no será necesario explicarla. Tampoco será necesario explicar por qué se ha escrito, lo que viene a ser lo mismo. ¡Gracias Luis!
Curiosa polémica esta que ha surgido aquí a raíz del comentario de Manuel. Gracias a todos por vuestros comentarios. Yo, como buen árbitro, me quedo al margen del debate. Estáis en vuestra casa. Poneos cómodos.
Al parecer la despedida de García Marquez que fue difundida profusamente por Intenet era falsa. Es posible que los desmentidos difundidos sean los falsos. El caso es que su escrito lo citan algunas asociaciones entre ellas una que busca historias ejemplarizantes entre supervivientes al cáncer. Al margen de la autoría, se parece en cualquier caso a las palabras de una persona que se enfrenta a una muerte inminente. En ese trance que analizó magistralmente García-Sabell en su trabajo: “paseo alrededor de la muerte”, el hombre llega mansamente a la fase de aceptación y despedida. Allí hace balance y busca reconciliarse con el mismo. Algunos privilegiados como los que aquí acuden con frecuencia, tienen la facultad de hilar palabras para intentar dejar su último legado. Otros optarán por la formula que deseen. De una manera u otra siempre lo hacemos, -siempre nos estamos despidiendo- y cuando actuamos en cualquier ámbito de la vida escribimos en la memoria de los que quizás nos recuerden por un tiempo. Por eso para vivir hay que morir, incluso para vivir todos los días hay que morir todos los días como el ser combustionado de Luís que deja sus cenizas en forma de barba diariamente afeitada.
Yo comprendo; he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
Ángel González
Hombre, Prometeo, cuánto tiempo. Me alegro de verte de nuevo por aquí. Muy bueno el poema de Ángel González, que tiene mucha razón, sobre todo si tienes un corazón remendado como el mío, es un auténtico milagro que pegue esos casi cien latidos por minuto. Un fuerte abrazo!
A mí me parece buenísimo que se hiciera su propio obituario. Terminó su vida con humor, riéndose de sí mismo y de lo frágiles que al final somos, teniendo ese destino inevitable que es la muerte.
Yo creo que sí, Mechu, pero ya ves que no todos estamos de acuerdo. Bueno, todos menos Manuel, la verdad, jajaja. Un beso.