Vacaciones de las vacaciones

La peña está muy pero que muy equivocada. Lo que más agota no es trabajar diez horas en la oficina, para nada, lo que te deja exhausto, pero de verdad, es descansar. En el curro hay cierto orden y, llegado el caso, hasta puedes ir a Magistratura a preguntar qué hay de lo tuyo. Pero en vacaciones el día resulta que tiene 24 horas, vaya desfase, y la gente, en vez de tumbarse en una hamaca a contar las agujas del pinar, tolea del todo y se pone a hacer cosas rarísimas que jamás haría en invierno, unas cosas que acaban siempre en ing o en surf, qué manía, rafting, kitesurf y en ese plan. Y, claro, el veraneante, o se rompe directamente la crisma, o remata en el desguace, buscándose a sí mismo entre la chatarra, porque a esas paridas de importación suma otros deportes de riesgo, como aturar críos propios y ajenos o visitar cascos históricos. Menos mal que todo tiene un límite, incluso agosto. Porque de tanto haraganear ya estaba al borde del jamacuco.

4 Comentarios

39escalones el 31 agosto 2010 a las 7:31

Querrás decir «haraganing»…
Otro abrazo.

emma el 31 agosto 2010 a las 13:00

¿haraganear?, hombre, pero si nos has dado cada día pequeñas dosis de sonrisas, aunque yo me puse al día al regresar de un viaje.
Eso sí, es cierto ,que a veces de lo que hay que descansar un poco es de las vacaciones. Menudo agotamiento, y encima achicharrados. Aunque mereciesen la pena, pero hay que digerirlas.
Gracias por esos pequeños relatos.
un saludo

Luis Pousa el 1 septiembre 2010 a las 9:34

Gracias, Nachopor ese retuiteo/reblogueo !!!
Gracias, Emma, me alegro de que disfrutases con el Rostro Pálido!
39 escalones, se me ha acabado el haraganing… hoy toca volver al hoyo. Gracias y un abrazo!!!

Julio Torres el 7 septiembre 2010 a las 13:22

Paciencia co regreso. Pouco a pouco. Eu de momento aproveito os últimos días.

Un saludo amigo, desde A Lareira Máxica

Julio Torres

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