La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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El mesetario, de nombre científico Ejque ejque, viene en agosto a Galicia recién vacunado, como quien se va de safari a la sabana africana, solo que en vez de cazar leones y rinocerontes aquí el madriles se lía a tiros con los crustáceos. El centralista, como apuntaba Castelao, piensa que las nécoras ya salen coloradas del Atlántico, porque siempre que las ve están hervidas, sobre un plato y con su hojita de laurel. El capitalino también cree que en provincias estamos sin civilizar y trae unas pesetas en los bolsillos por si todavía, pobriños, no hemos entrado en la zona euro. Se siente un poco como aquellos viajeros británicos del siglo XVIII, que llegaban a este fin del mundo a lomos de una mula para ver si de verdad éramos tan pintorescos como en las láminas de las enciclopedias. El desencanto del mesetario llega, fulminante, cuando comprueba que por la autopista no circulamos en carro de bois, sino en unos bugas que la iban a flipar en la M-40.