NACE UN CREADOR, por César Casal*
Tiene futuro este Miguel Andrade. Tanto como lo tiene su creador, Luís Pousa. Miguel Andrade es ese pintor y hacedor de diarios que protagoniza la primera novela del periodista de La Voz y escritor Luís Pousa. Se titula La noche de las palabras, en verso prestado por Louis Aragon, y, como las muñecas rusas y los huevos Kinder, tiene sorpresa. Miguel Andrade da para hacer una serie con él. No les tiene nada que envidiar a otros personajes nacidos de la tinta. Y así lo reconoce su inventor, al anticipar, tras conocer que había ganado el premio Arenas, que Andrade puede tener continuidad en nuevos relatos.
Pero vayamos con el actual, con esta La noche de las palabras, que nos pasea, al borde del mapa, de Barcelona a A Coruña, como en una pesadilla o en la resaca horrible de la anestesia. Andrade sufre un accidente y despierta en un hospital. Recibe las primeras visitas y evoca su vida. Desde su cama de hospital pasa de la química a la alquimia y el autor aprovecha para recuperar sus diarios o las cartas que el pintor se enviaba a sí mismo y en las que se contaba su propia vida. Andrade es un tipo peculiar. Una especie de bomba de relojería, acostumbrado a la peor vida. Su óleo es la noche. Y tiene uno de esos corazones que, mordidos por una prostituta, funcionan como una granada. Uno, leyendo las andanzas de este Quijote de garito y pincel, de este artista que triunfa mientras colecciona y colecciona absurdos (la suma de los días, muchas veces, no es más que otro absurdo), se da cuenta de que este tipo de seres humanos, destrozados por dentro, solo necesitan en los hospitales transfusiones de gasolina, nunca de sangre. Andrade funciona con queroseno de fuerte octanaje.
El libro está bien armado. Y al personaje, ya está dicho, tan bien construido, o destruido, dan ganas de ir a verlo al hospital para darle los abrazos que nunca ha encontrado. A quienes conocemos a Luís Pousa, compañero en La Voz y autor del espléndido libro de poesía O embigo do mar (Espiral Maior), nos sorprende que su registro literario sea una especie de máquina registradora de voces como la de Bukowski o el Umbral más canalla. Es Luís Pousa, en apariencia, hombre delicado al que uno nunca le supondría el vicio de mirar lencerías en las telas de araña de los tendales de los patios de vecinos. Pero la literatura tiene estos milagros y, debajo de una sotana, siempre puede haber una pistola que se alegra de conocerte.
Lean al nuevo premio Arenas y recibirán así la bofetada final, la sorpresa que esconde en su último sorbo. Un chispazo que demuestra que Luís Pousa será autor de aliento, capaz del aliento más negro y de la esencia de la poesía. El talento, cuando se tiene, siempre es ambidiestro. Estamos ante un maestro de esgrima de la escritura, dueño de la primera, segunda y tercera persona al narrar. Imposible pedir más y mejores combinaciones a este cóctel de palabras.
*Texto publicado hoy en el suplemento Culturas de La Voz de Galicia
Más información sobre el libro en el blog de La noche de las palabras
Felicitaciones, Luis. Buena reseña.
Enhorabuena,Luis.
Saludicos
Hola, Luis, un par de días atrás te hacías eco de la magnífica columna de César Casal sobre Leonard Cohen. Hoy me ha encantado encontrarme en La Voz con otra no menos preciosa, titulada «Nace un creador», referida a un autor de aliento y talento… entre otras muchas cosas.
Enhorabuena otra vez por ese premio Arenas, éxito y felicidad.
Un creador hablando sobre un creador, me gusta…
Gracias, Diego, Carmen, Wara, Ana… sois tan generosos como César con su reseña. Abrazos.