La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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Desde hace años tengo la insana costumbre de leer varios libros a la vez (bueno, no exactamente a la vez, sino alternando los textos, claro). No espero a acabar uno para empezar otro, sino que tengo siempre en la mesilla dos o tres (o incluso más) simultáneamente. Ahora la cosa se me ha ido un poco de las manos y, aunque ya he acabado Casi nunca, de Daniel Sada, Todos los cuentos, de Cristina Fernández Cubas, y Lecturas de mí mismo, de Philip Roth; me estoy peleando con: Automoribundia, de Ramón Gómez de la SernaLa región más transparente, de Carlos Fuentes; Persona non grata, de Jorge Edwards; La cena de los notables, de Constantino Bértolo; y Tornado, de Pere Gimferrer. Y sospecho que alguno más anda perdido por ahí entre papeles, periódicos y cuadernos varios. ¿Existirá el síndrome de Diógenes del recopilador de lecturas simultáneas? ¿Acabaré por mezclar adjetivos, argumentos y diálogos?