Los ochenta empezaron muy mal. El 8 de diciembre de 1980 Mark David Chapman asestaba cuatro tiros en la puerta del edificio Dakota de Nueva York a John Lennon, que sólo unas horas antes había estampado su autógrafo en el álbum Double Fantasy que le había tendido el asesino. 1982 fue la hecatombe del Mundial y del maldito Naranjito, que nos amargó la infancia a todos los enanos que ingenuamente creíamos que Zamora, Satrústegui, Arconada y demás paquetes de aquella selección innombrable iban a hacer algo más que caer eliminados a las primeras de cambio. Alucino cuando, por ejemplo, en A Coruña o Santiago, todavía veo abierto algún bar que luce el fatídico cartel: Mundial 82, como si aquel cataclismo absoluto fuera algo para recordar. Hombre, yo celebro que en aquel campeonato, con once añitos de nada, al menos fui a Riazor a ver un partido entre Perú y Polonia, que tenía en plantilla al gran Grzegorz Lato, que, calvo y todo, se cascó algún golito aquella tarde. Naranjito, encima, nos endosó una cutre serie de dibujos animados junto a un pasmón llamado Sport Billy. Creo que en casa de mi madre aún guardo, como una reliquia, una toalla playera con la jeta de los dos timadores, Naranjito y Sport Billy. Menudos trileros estaban hechos los tíos.
Los ochenta, ya digo, no tenían buena pinta, hasta que, un día, descubrimos una canción que salvaba la partida, que apuntaba otros senderos más allá de Naranjito, las cantadas de Arconada y el bastardo Chapman, que nos robó a uno de los grandes cuando sólo contaba cuarenta tacos. Tenía cuerda para rato Lennon, a pesar de Yoko Ono y sus alaridos. Bueno, pero, insisto, llegó Bryan Ferry, un año después de que se cargaran a Lennon, y quiso rendirle un homenaje al maestro con su banda, Roxy Music. Le acusaron de querer hacer caja con la muerte del autor de Jealous Guy. Pero Ferry y Roxy Music pasaron mucho del tema. Lo suyo era un auténtico tributo, que les sirvió, sí, para llegar al número uno en Inglaterra. Pero es una versión honesta, sincera, de la enorme canción de Lennon. Un pedazo de música. La escenografía, la vestimenta de Ferry y, en fin, la atmósfera entera del vídeo son los ochenta en estado puro. Sí, esa década maldita, de la que hablaré otro día, porque se la tengo jurada por otros asuntos que ahora no vienen a cuento. Ahora es mejor escuchar a Roxy Music y este prodigioso Jealous Guy en la voz personal e intransferible de Ferry. Bienvenidos (de regreso) a los ochenta.
Otra vez gracias. He disfrutado. Ya hablaremos de los ochenta, cuando nos cuentes con mas detalle. Lo del fútbol no lo llevé mal, porque nunca me ha hecho levantar (tomado de “la mala reputación” de Paco Ibañez)
Un abrazo
Ay, agora está de moda os 80. Moita xente coido que non os coñece na mesma intensidade que ós que eramos pequenos naquela época. Como sempre non é o mesmo falar de oídas que con coñecemento de causa.
Naranjito, Sport Billy, Comando G, Dartacan, Willy Fog…eses sí eran dibujos animados. E para completar aquela nómina Barrio Sésamo e La Bola de Cristal. ¿Que non se lembra de Pablo Carbonel e Pedro Reyes? en La Cuarta Parte do mítico programa. Un par de partes antes, A Bruja Avería encargábase de facer maxia e transformación, e….tocaba ata a batería. Iso sí, no se ría, no se ría, de la bruja A-ve-ría…
O dito, os 80 foron para os que o viviemos unha extraordinaria década. Para min a mellor. O feito de ser neno inflúe, pero eramos uns nenos máis imaxinativos, onde xogabamos ó escondite e chegabamos a dicir: «Por min e por tódolos meus compañeiros». Hoxe non sei se o xogo ten o mesmo éxito, pero non me estrañaría que a manida frase altruísta se escoite tanto como antes. Eran outros tempos.
Luis, acabo de lembrar que ía falar desta década e cargueime o meu propio post no teu comentario. Bueno, é igual, tampouco ía vender a exclusiva…Jajaja,
Un abrazo e Carpe Diem
Julio Torres
Quero dicir que ía escribir un artigo da década dos 80, máis ou menos dicindo o que aquí dixen, en A Lareira Máxica, o meu blog.
Bueno… » la mala reputación» es de Brassens… pero en español de Paco Ibañez
Julio, non che quedes sen escribir ese post, por favor, que o leremos con moito interese.
Prometeo, La mala reputación, qué gran canción. Ya ajustaré cuentas con los ochenta como se merecen.
Un abrazo