Mazinger Z es la gran serie de dibujos de mi infancia. Ni Comando G, ni Ulises 2000, ni Érase una vez el hombre, ni Heidi, ni La abeja Maya ni, por supuesto, el turras de Marco y sus Apeninos y sus Andes. No. Mazinger es, sencillamente, el número uno, el punto y aparte, el gigante, el coloso. Es asombroso cómo, si uno pasea unos minutos por YouTube, descubre que tiene en el fondo del cerebro, atrincheradas no se sabe dónde, un filón de escenas que no veía desde hace treinta años o así. Ahí están, en una cuerda floja tendida entre el circo de las neuronas, las acrobacias de Mazinger, su fuego de pecho, y las andanzas de su novia, la incombustible Afrodita A y su legendario grito de guerra: ¡Pechos fuera! Recordemos, de hecho, que la primera vez que Mazinger levanta el vuelo es aferrado a las tetas-misiles que Afrodita había lanzado al espacio. Ya lo ha dicho aquí Prometeo: en aquel tiempo Ronald Reagan andaba planeando la guerra de las galaxias y la novia de Mazinger ya andaba por ahí con un silo de misiles en el canalillo. Eso sí que era igualdad de género: al fuego de pecho del robot respondía la robota (Prometeo díxit) con sus pechos fuera. Tanto monta, monta tanto.
Bueno, os dejo con estos impagables dibujos (en los que aún se aprecia el trazado del lápiz, no como esas superficies perfectamente lacadas de la actual animación) y os recomiendo un viajecito nostálgico por YouTube (hay capítulos enteros circulando por ahí). La canción de apertura de la serie no tiene desperdicio. El tipo que interpreta la banda sonora imita a Raphael. ¿Será el original o un plagiario? Quién sabe. Pero Mazinger no admite copias. Es único entre un millón.
Bueno, Luis, neste caso non coincidimos. Servidor era de Comando G (aquela nave azul e vermella sobre todo), Ulises, Dartacan, Willy Fog, David el Gnomo, La Abeja Maya, Los pitufos (e o malo-parvo de Gargamel e Azrael), Pumuky, Los Fraguel Rock e lémbrome tamén de Naranjito (e limoncito jaja) e Sport Billy. Habería máis, pero estas son as que me veñen máis a mente. Flash Gordon non me gustaba tanto. Spiderman e La Masa algo máis.
Ay, como pasan os aniños meus/miñas amig@s…. Parecemos avós contando batallitas.
Un saúdo a tod@s, desde a miña terra (Sanxenxo, demasiado colonizada no verán)
Carpe Diem
Por certo, paso a enlazarte no meu blog Luis.
Un saúdo
La discrepancia es sana, Julio. Flash Gordon mola más en cómic, por ejemplo, pero eso ya da para otra historia… Un día de estos iremos con aquellos tebeos de la infancia, pero vamos a esperar un poco que con tanto revival voy a espantar a los lectores más jóvenes, que ya deben pensar que soy el abuelo Cebolleta y sus batallitas. Enlazo tu Lareira a mis Farrapos. Un abrazo
Muchas gracias luís, aunque solo sea por buscar en Youtube. Yo creo que están muy bien recuperar estas historias que a mi entender son universales y no solo pertenecen a nuestra infancia sino a la de toda la humanidad. (De los que tenían tele claro, pues la mayoría como ahora no tiene ni para comer). El caso es que este tipo de cosas siempre esta muy condicionada por el contexto histórico y la Guerra de las galaxias marcó mucho- (me refiero a las dos. La película y la de Reagan). Por otra parte, yo que deseaba tener un hermano mayor y solo tenía una hermana mas pequeña que se chivaba con solo rozarla, me sentía un poco frustrado. Ahora la quiero mucho y antes también, pero sabía abusar de ser la pequeña. Yo llevaba siempre las culpas y si bien eran merecidas en la mayoría de los casos, cuando no lo eran me sentía muy desgraciado e injustamente tratado. Mazinger servía para soñar que podías meterte en la cabeza del robot que después defendería la paz como dice la canción. Mi paz, era darle caña a los que nos robaban la leña de la fogata de San Xoan, o nos tiraban nuestra caseta cuando no estábamos. También nos daba mucha rabia que hablaran con las niñas de nuestra calle, a las que ni mirábamos, salvo cuando les prestaban atención los de otro barrio. En fin aquellas batallas para mi, eran totalmente trascendentales y mas importantes que las que ocurrían con la guerra fría y acabarían culminando con la caída del muro. El nuestro era el de la estación del tren que saltábamos para jugar en los vagones viejos y escapar de unos vigilantes que yo nunca vi., pero decían que eran muy muy malos. Cuando alguien daba la voz de alarma todos corríamos como locos- Muchas veces soñaba que Mazinger acudiría a nuestro rescate y saldríamos volando ante los ojos de los vigilantes de la estación de RENFE.
Prometeo, a ver si Mazinger acude un día a nuestro rescate. Todavía está a tiempo. Un abrazo.
Que buen recuerdo!!!
Te dejo un beso grande desde Buenos Aires!
Todavía lo esperamos Luis.
Muchas cosas de la infancia todavía siguen vivas. Mas de lo que parece.
Recuerdo que un día de niño en Mesón do Vento, le pregunté a mi padre que eran unas estructuras muy grandes que se veían al lado de la carretera – eran las antenas de Radio Nacional-. El me contestó: ¿te acuerdas que te dije que la tele funcionaba gracias a unos enanitos que van por el aire y viven después en el aparato?… Pues esta es la fábrica de los enanitos.
Todavía ahora cuando paso por la carretera vieja de Santiago, en Mesón do Vento me fijo por si veo algún enanito saliendo de las antenas. Me hace todavía ilusión y sigue pareciéndome un sitio mágico.
Para nostalgicos de Mazinger, he encontrado esta pagina donde venden una camiseta de genial, se la he comprado a mi marido y ha flipado.
La recomiendo, que maravillosos años….Puños fuera….