Sada. Me he llegado a Sada para conocer y fotografiar la batería costera de Fontán, a la que por estos pagos llaman castillo. Es una recuperación muy meritoria de lo que fue defensa de la ría, levantada en unos años (siglo XVIII) en que se hizo un esfuerzo para reforzar la fortificación de la costa gallega. Lo malo es lo de siempre. Además de una mala señalización, hay que recorrer una calle sin encanto alguno. Para ser más exactos, todas esas rúas carecen de él. Y desde luego no hay un sitio donde parar, donde tomar un café, donde comer. O sea, seguimos como siempre: sin saber qué hacer con nuestros recursos turísticos. Así que me voy con el ánimo bajo y recomendando hacer click aquí para ver una imagen de la antigua batería-castillo de Fontán.… Seguir leyendo
Redes. Como otros miles de ferrolanos, no conocía la batería de Redes. Y lo digo con un sentimiento de vergüenza, y en mi caso, viajero impenitente por Galicia, es más imperdonable que en el de otros muchos. Incluso hace siete años publiqué cinco páginas sobre el pueblo, ignorante por completo de la existencia de ese muro defensivo, que poco más es, pequeño y entrañable. Ahora saldo mi deuda visitante ese lugar que ha sido recuperado. Por supuesto que hay casa cerca, una lástima pero esto es Galicia. Incluso unos chabolos. Pero la batería en sí se encuentra en buen estado. Ahora hay que estar vigilantes para que cada año reciba unos mimos en forma de limpieza. Y para presionar a las autoridades, nada mejor que reciba muchas visitas.… Seguir leyendo
Pontevedra. El trabajo del alcalde nacionalista de Pontevedra es impagable. Se puede coincidir con él desde el punto de vista ideológico o no, que eso es cosa de cada uno, pero ha dejado el casco histórico planchado, a salvo de la especulación, revitalizado. Y ha demostrado como esa acción de gobierno ha generado un turismo de calidad. Sólo la ignorancia o intereses ciertamente poco confesables pueden explicar que otros municipios no sigan el ejemplo. Pontevedra pasa a ser, por derecho propio, una de las maravillas de Galicia.
Arbo. Nunca antes había estado sobre una pesqueira, ni en el río Miño ni en el Ulla ni en ninguna otra parte. Había visto alguna de pasada, desde alguna de esas carreteras que llenan Galicia de asfalto, pero nada más. De hecho pensaba que sería una construcción sin interés alguno, levantada para poder pescar la cotizada lamprea. Y punto.
He pisado una en Arbo, con Portugal al frente y doble guía: la propia del grupo con el que iba y el alcalde. Entre una y otra me pusieron al día de una manera clara y yo diría que hasta brillante. Y así uno se entera de que en un año es posible coger en el Miño hasta 9.000 ó 10.000 lampreas adultas, por ejemplo. O que en lo alto de la pesqueira hay un hueco para ir colocando las piezas cobradas (foto al final del texto).
Durham. La peregrinación entre la abadía de Finchale y la catedral de Durham fue un éxito. No sólo porque acudieran 91 personas, sino por la organización, impecable, y por lo que se respira de proyección de futuro. Porque una vez al año no hace daño pero no sirve de mucho. Sobre todo teniendo en cuenta que hacía medio milenio que no pasaba por esos 7.080 metros ni un solo peregrino.
La verdad es que el autobús que nos llevó hasta allí daba pena. En los años 70 del siglo pasado dejaron de utilizarse en España vehículos como ese, y conductores como el que nos llevó no quedan: no sabía adónde ir… ¡y se perdió la media docena de kilómetros que median entre el Ciry Hall y la abadía!
Esto último debe de ser tradición local en Durham: 24 horas antes Paco Singul y Antonio Leira habían pedido al taxista que … Seguir leyendo