La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Viña Meín, un paraíso en O Ribeiro

Viña Meín (Leiro). Eso es el paraíso, Mira que he venido veces y veces desde hace muchos años a Viña Meín, al lado de San Clodio, y siempre me parece más maravilloso hoy que ayer. Los años que pasan por el centenario edificio no lo deterioran sino que lo ennoblecen. Y de ello el responsable no sólo la política de su propietario, Javier Alén, sino los mimos que le da la familia que se ocupa del mantenimiento. Desde luego, podría estar mucho peor: es un pazo de turismo rural por el que pasa gente y gente, pero Cristina está en todo como antes estaba Visita. De manera que como sitio para pernoctar, magnífico. Lástima que no den cenas, pero a un kilómetro está San Clodio con su hotel monumento y un muy agradable mesón donde se da cita el vecindario.

El salón sigue siendo imponente, así como la … Seguir leyendo

Una escapada al Museo do Mar, en Vigo, un lugar para ver al menos una vez en la vida

Vigo. Mi primera visita al Museo do Mar, uno de esos enclaves que, gusten o no, todo gallego debe visitar. Tiene problemas con su web, que hay que solventar cuanto antes, pero eso no es causa, motivo ni razón para no llegarse hasta allí, casi al extremo de la playa de Samil, para ver este conjunto de edificios impecablemente rehabilitados que acogen piezas de lo más variadas e incluso una exposición (parece que pictórica) sólo para iniciados, pero que está muy bien que alguien se dedique a eso y que incluso hasta afirme (la libertad de expresión constitucional) que eso es arte.

El museo está sobre un castro excavado parcialmente, y lo que eché de menos es que no se muestren las piezas que se hayan podido encontrar ahí, porque cerámica seguro que ha salido. La cafetería-restaurante, preciosa y con un trato muy atento. Pequeña e íntima, el acierto … Seguir leyendo

Las almejas de Lita, en Lires

Lires. No es la primera vez que hablo de la pensión rural As Eiras, en Lires, mi refugio en la Costa da Morte. Pero sí es la primera -y sin tiempo no era- que alabo las almejas de Lita, la dueña y cocinera. Eso sí, que nadie vaya allí pensando en una carta amplia: hay los pescados que se han pescado, así se simple. Casi casi, vivitos y coleando. Un lujo.

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El castillo abandonado de Doniños

Doniños. ¡Mira si habré ido veces y veces a Doniños, lugar donde mis padres tuvieron una casa! Y nunca me había llegado hasta el castillo, esa fortaleza de 1795 que antes quedaba dentro del recinto del campo de tiro de la Marina. Así que aproveché para darme un paseo y llegarme hasta él. Imposible entrar. Por atrás está comido por la arena y por todas partes, por vegetación. ¿Recuperable? Desde luego. Y no está amenazado por ninguna construcción, pista, autopista ni vía del AVE. Por cierto que sería una buena manera de recordar la derrota de los ingleses en los altos de Brión en 800, que desembarcaron precisamente en Doniños y destrozaron el castillo en la medida en que pudieron, que personalmente no creo que fuera demasiada puesto que ese no era su objetivo para nada.

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Un castro en Aranga

Aranga. Es éste, el de Aranga, un municipio algo o bastante olvidado en la provincia de A Coruña. Tierra de lobos, de montes, de ríos, de bosques. Naturaleza pura escasamente adulterada, sin agresiones graves. Tiene sus problemas: la emblemática casa Platas ha cerrado, y la taberna del Legionario echa el candado a finales de año, de manera que nos quedamos sin lugar para comer. Hay alguna ruta, pero sería posible diseñar muchas más. Mámoas neolíticas arriba y varias iglesias muy llamativas. Y al llegarme a la de Muniferral me paré ante un panel que animaba a darse una vuelta por valle y montaña. Así que como tenía tiempo, allá me fui a buscar el castro que señalaba. El desvío está en la parte alta, pero si se llega a las casas ya se ha pasado. Hay un gran cartel en ese desvío, pero en ese sentido de la marcha … Seguir leyendo

Visita anual a la playa de Cabío

Cabío (A Pobra do Caramiñal). Visita anual a la playa de Cabío. Mi primera sorpresa es que está llena de gente, algo que no esperaba. Pero es lógico. A la belleza natural se une la panorámica más bonita de la ría de Arousa, con la isla de Rúa mandando. Y los servicios. Porque al alcalde seguro que se le pueden criticar muchas cosas, pero no el que haya descuidado este pedazo de su costa caracterizado por la línea de arenales, más limpios este año que el pasado, y por los dos paseos, uno de piedra y el otro de madera.

Recorro todo. Sólo me sigue horrorizando la estética del cámping Ría de Arosa (el Ría de Arosa II, en el monte, es lo contrario) porque me recuerda a campamentos de refugiados, apiñados todos para aprovechar hasta el último metro -ya sé, ya sé, la temporadas es corta y no … Seguir leyendo