Cabío (A Pobra do Caramiñal). Visita anual a la playa de Cabío. Mi primera sorpresa es que está llena de gente, algo que no esperaba. Pero es lógico. A la belleza natural se une la panorámica más bonita de la ría de Arousa, con la isla de Rúa mandando. Y los servicios. Porque al alcalde seguro que se le pueden criticar muchas cosas, pero no el que haya descuidado este pedazo de su costa caracterizado por la línea de arenales, más limpios este año que el pasado, y por los dos paseos, uno de piedra y el otro de madera.
Recorro todo. Sólo me sigue horrorizando la estética del cámping Ría de Arosa (el Ría de Arosa II, en el monte, es lo contrario) porque me recuerda a campamentos de refugiados, apiñados todos para aprovechar hasta el último metro -ya sé, ya sé, la temporadas es corta y no se puede desperdiciar nada- y sin embargo me sigue encantando la atmósfera del hotel Cabío, de avejentada web, con su terraza convertida en magnífico mirador.