La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Aeropuerto de Copenhague. Los aeropuertos son lugares idóneos para observar y para reflexionar. Sobre todo si son extranjeros, porque hay tiempo para sintetizar las experiencias vividas.

Ahora estoy en el de Copenhague esperando la salida del avión a Helsinki y hago balance de mis dos días escasos en Dinamarca. Camino de Santiago aquí y Camino de Santiago allá. En ese repaso merecen un lugar destacado Henning Petersen y su mujer, que por cierto no sé cómo se llama. Una gente que tiene mucha más ilusión y proyectos que la mayoría a su edad (que por otra parte es la mía). Los ojos de ambos se iluminan al hablar de la recién clausurada Spaniolerne, una exposición de la que ambos fueron alma mater. Se trataba, nada más y nada menos, que de recoger materiales -y mostrarlos, claro- de cuando el marqués de la Romana y miles de soldados españoles fueron enviados a Dinamarca justo antes de la guerra de Independencia para alejarlos del escenario, de cómo vivían en este país, de cómo escaparon a casa en cuanto se dieron cuenta del engaño y de qué pasó con los que no salieron a tiempo y tuvieron echar raíces en el país escandinavo, como la actual familia Panduro.

Henning y su mujer, catalana ella, no pueden ocultar su decepción al contar que, pese al interés de varios museos, no hubo manera de llevar a España la muestra: no hubo financiación para el traslado y los seguros.

Por cierto que la mayoría de la soldadesca regresó al puerto de Santander. Alguna cita hay -me parta un rayo si sé dónde- que sitúa a una pequeña parte en A Coruña.